Los hijos de Claudia Repetto, la mujer asesinada a golpes y enterrada en un descampado en las afueras de Mar del Plata en marzo de 2020, aseguraron que la expareja de su madre y principal acusado «la hostigaba todo el tiempo» tras el fin de la relación y pidieron «que se pudra en la cárcel», al declarar como testigos en la primera jornada del juicio por el femicidio.
Ante los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal 1, Daniel y Cristian González, los hijos de Repetto recordaron que tras la desaparición de su madre el 1 de marzo de 2020 sospecharon «inmediatamente» de Ricardo Alberto Rodríguez (57), con quien ella había roto siete meses antes la relación, aunque dijeron que en un inicio creyeron que podía haberla secuestrado porque tampoco había rastros de él.
«Yo pensé que la tenía secuestrada, porque uno no quiere pensar en algo peor», recordó Cristian, uno de los hijos de la víctima, quien aseguró que los 26 días que no supieron nada de su madre ni de Rodríguez fueron «un calvario, un infierno», hasta que finalmente el acusado fue detenido en la vía pública, en plena cuarentena por el coronavirus, confesó el femicidio y brindó los datos que permitieron hallar el cuerpo de la víctima enterrado en la zona de Acantilados.
«Mi mamá era la persona más sana que había en el mundo, vivía para sus hijos y sus nietos. Lo que quiero es tener justicia, porque era un ángel. Este tipo la hostigo y acosó todo el tiempo y miren en lo que terminó. Que este tipo se pudra en la cárcel para tener un poco de justicia», pidió por su parte Daniel, el otro hijo de Repetto.
Rodríguez llegó a juicio imputado por el delito de «homicidio agravado por el vínculo y por haber mediado violencia de género», delito que prevé la pena de prisión perpetua.
El acusado no estuvo presente físicamente en la apertura del juicio, pero siguió el arranque de la audiencia por videollamada desde la Unidad Penal 44, donde cumple prisión preventiva, y tras pedir «perdón por lo sucedido» solicitó no permanecer conectado.
El fiscal Leandro Arévalo, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 marplatense, aseguró que buscará «demostrar que cerca de las 21.30 del 1 de marzo 2020, Rodríguez, previo ingresar de manera imprevista al lugar donde vivía» Repetto «la sorprendió acometiendo contra ella y con el inequívoco objeto de causarle la muerte comenzó a agredirla».
Arévalo consideró que el crimen puede encuadrarse «en el prototipo clásico de violencia de género» por la «cosificación permanente que se probó».
El representante de la familia de la víctima, Maximiliano Orsini, acompañó la acusación del fiscal, y adelantó que buscará ampliar la imputación con los agravantes de «alevosía» y «premeditación».
Orsini pidió además que se incorporen como prueba una serie de papeles con dibujos y croquis de calles y cámaras de seguridad, presuntamente escondidos por el acusado en un velador de la mujer y hallados recientemente por uno de sus hijos.
El defensor oficial Christian Rajuan, por su parte, sostuvo que no cuestionará la materialidad ni la autoría del hecho, pero propondrá una figura alternativa de homicidio culposo.
Ante los jueces Mariana Iriani, Juan Galarreta y Ricardo Perdichizzi, declaró además Fabián Miño, compañero de Repetto de sus clases de folclore, con quien ella tenía planeado cenar la noche en que fue abordada y atacada cuando salía de su casa.
El hombre señaló que fue hasta la vivienda de ella en el barrio Termas Huinco, pero Claudia nunca salió y que recibió mensajes con excusas «que no parecían suyos porque tenían faltas de ortografía que ella no tenía».
Relató además que horas antes, cuando había ido a dejarla a la casa tras compartir un almuerzo, había sido seguido en moto por un hombre a quien identificó como Rodríguez tras la desaparición, cuando su imagen fue difundida por los hijos de la mujer.
La nuera de Repetto, Yamila Arietti, declaró por su parte que Rodríguez «la seguía, no podía estar sin ella, quería ocupar todos sus espacios».
Precisó además que la víctima había relatado que el hombre le robaba ropa interior, que creía que la dopaba cuando compartían mate, que había estado internada por una intoxicación de gas por la que sospechaba de él, y que aunque había asegurado que lo denunciaría, nunca lo hizo.
De acuerdo a la investigación del crimen, Repetto fue asesinada en el interior de la casa en la que ella vivía, detrás de la del acusado, y tras el el femicidio, el hombre enterró el cuerpo a un costado de la ruta 11, camino a Miramar.
La desaparición había sido denunciada el 2 de marzo 2020, luego de que se ausentó en su trabajo en un hotel del macrocentro marplatense donde ella realizaba tareas de limpieza.
Inicialmente, la causa fue caratulada «averiguación de paradero», y pese a un fuerte despliegue de fuerzas provinciales y federales, que incluyó rastrillajes con perros y análisis de cámaras de seguridad, durante 26 días no hubo rastros de la víctima ni del acusado.
Rodríguez fue detenido finalmente el 27 de marzo de 2020, en el inicio de la cuarentena por el coronavirus, cuando fue interceptado en la vía pública por los hijos de Repetto.
Horas después de su captura, confesó el femicidio y dijo que había enterrado el cuerpo 15 kilómetros al sur del centro marplatense, muy cerca del sitio en el que efectivos policiales habían hallado una pala en los primeros días de la investigación.
Confeso también que la noche del crimen atacó a Repetto cuando ella salía para encontrarse con un amigo que debía pasarla a buscar por su vivienda, en la calle Don Orione al 1500.
Según las pericias realizadas, el hombre «le propinó diversos golpes de puño», especialmente en la cabeza y el rostro, los cuales le produjeron «múltiples equimosis y causaron un estado de inconsciencia que, sumado a la posterior manipulación del cuerpo derivaron en el fallecimiento» por «asfixia a raíz de la broncoaspiración». (Telam)
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