El empresario Fernando Pérez Algaba fue hallado descuartizado en el interior de una valija en un arroyo de la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora, y por el crimen hay una mujer trans detenida, informaron fuentes policiales.
Algaba se desempeñaba como ‘trader’, tenía una empresa de alquiler de vehículos de alta gama en Estados Unidos y estaba calificado como un agente «irrecuperable» por sus deudas en el sistema financiero argentino.
En enero del 2022 quedó registrado en una filmación de un teléfono celular cuando agredió a un agente de tránsito en la zona de Playa Grande, en la ciudad de Mar del Plata, tras negarse a realizar un test de alcoholemia.
Pérez Algaba, apodado «Lechuga», había residido hasta principios de este año en la ciudad de Miami, donde era dueño de la firma Enjoy Rental Car, dedicada al alquiler de vehículos de alta gama, además de jet ski y barcos en el estado de Florida, con oficinas también en Buenos Aires.
Durante los últimos años, el empresario se dedicó a trabajar como ‘trader’ -compra y venta de activos y derivados financieros- en las plataformas Forex y Criptomonedas en un departamento de Puerto Madero, donde contaba con más de 25 empleados.
No obstante, desde hacía algunos meses vivía en la ciudad española de Barcelona, desde donde viajó a la Argentina para hospedarse durante una semana de julio en un departamento del partido bonaerense de Ituzaingó.
En las últimas publicaciones que realizó en sus redes sociales, se ve a Pérez Algaba conduciendo autos de alta gama y paseando por distintos destinos turísticos, como Miami, Las Vegas, México, Tailandia y Barcelona.
En las fotos también exhibía sus tatuajes y los viajes junto a su mascota, un bulldog francés.
En sus registros contables, el hombre figuraba en situación 5, calificada como «irrecuperable», con una deuda financiera en entidades bancarias de 1.227.000 pesos.
Según contó él mismo en una entrevista que dio en marzo pasado a Aire de Santa Fe, comenzó a trabajar como repartidor de comida a los 14 años, luego se desempeñó en diferentes oficios dentro del rubro gastronómico y, más adelante, fue mecánico de motos y vendió viajes de egresados en Bariloche.
Considerado «un buen vendedor», en su juventud el empresario se inició en la reventa de motocicletas y vehículos de media y alta gama, lo que lo llevó a fundar una empresa que opera tanto en Estados Unidos como en la Argentina.
Actualmente estaba registrado con un domicilio fiscal en la calle Arias al 2400 de la localidad de Castelar y en el rubro servicios de la AFIP.