A menos de tres meses de la cumbre del clima COP26 en Glasgow, Reino Unido, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) responsabilizó al ser humano por estas alteraciones y advirtió que no hay otra opción que reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
En el documento dado a conocer hoy, ocho años después del anterior -que data de 2013- un total de 234 científicos de 195 países participantes coinciden en que, a menos que haya reducciones inmediatas y a gran escala en las emisiones de gases de efecto invernadero, limitar el calentamiento a cerca de 1,5°C o incluso 2°C, ya no será posible.
De acuerdo a la organización ambientalista Greenpeace, la protección de los océanos es clave para combatir la crisis climática. Absorben entre el 20 y el 30% del carbono procedente de las emisiones de CO2 y metano a la atmósfera. Y lo hacen 30 veces más rápido que los bosques tropicales.
A su vez, regulan la temperatura del planeta, distribuyendo a través de sus corrientes el calor del Ecuador y el frío de los polos. Controlan los ciclos de agua, ya que proporcionan y regulan las lluvias y la disponibilidad de agua potable. Absorben el 90% de exceso de calor atmosférico, servicio sin el cual el planeta tendría una temperatura de 36°C superior a la actual; y son responsables de aportar entre el 50% y el 85% del oxígeno que se libera cada año a la atmósfera.
Luisina Vueso, coordinadora de la campaña de océanos de Greenpeace sostuvo: “El cambio climático ya es una realidad. El único mecanismo que tenemos para reducir y revertir la acumulación de CO2 en los océanos, y mitigar la crisis climática, es reducir drásticamente las emisiones. Actualmente Argentina está yendo en la dirección contraria, avanzando en la expansión de la frontera petrolera en el Mar Argentino. Hoy nos encontramos ante una inminente perforación en el mar, frente a las costas de Mar del Plata, donde hoy esta actividad aún no se desarrolla.
Las emisiones que la explotación podría generar de acuerdo a las estimaciones de producción de los proyectos offshore en Argentina, indican que serían de hasta 3,1 millones de toneladas de CO2. Sería una verdadera bomba de carbono, que iría en contra de los compromisos asumidos en el Acuerdo de París.
En un contexto de emergencia climática es un sinsentido que la Argentina apueste por ampliar la explotación de combustibles fósiles. El estado Argentino tiene la oportunidad de dejar un legado en materia de protección ambiental”.