En agosto, los salarios reales de los trabajadores formales del sector privado —generalmente considerados los más estables de la economía argentina— interrumpieron un proceso de recuperación parcial que había durado cuatro meses y parecen haberse estancado en niveles muy inferiores a los máximos alcanzados en las últimas presidencias.
Muchos analistas coinciden en que el control salarial es uno de los pilares clave en la estrategia desinflacionaria del actual gobierno.
Según datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), publicados recientemente por la Secretaría de Trabajo, la remuneración promedio de los trabajadores registrados en el sector privado sufrió en agosto una caída mensual del 2,6 % ajustada por inflación.
Así, en comparación con noviembre de 2023, previo a la asunción de Javier Milei, el salario promedio perdió un 2,1 % en términos reales.
Además, los salarios actuales están un 7,8 % por debajo del máximo alcanzado durante la administración de Alberto Fernández (julio de 2023), un 15,7 % detrás del máximo de Mauricio Macri (agosto de 2017) y un 20,1 %. por debajo del registro registrado en la gestión de Cristina Fernández de Kirchner (septiembre de 2015).
Este deterioro sitúa el nivel actual de los salarios en uno de los puntos más bajos de los últimos 20 años. (Ámbito)