Por: Roberto Garrone
Una inspección extraordinaria ordenada hace 10 días por al área de Inspección Técnica de la División de Seguridad en la Navegación y Protección Ambiental de la Prefectura Naval Mar del Plata dejó retenido en muelle al fresquero Promac. El buque de la empresa Solimeno estaba listo para zarpar a merluza cuando cayó la inspección.
Lamentablemente tuvieron que ocurrir los trágicos naufragios del “Repunte” y el Rigel en años consecutivos para que la rigurosidad de los controles de Prefectura sobre la flota pesquera mejore sustancialmente.
Más allá de esto, cancelar la zarpada de una de las empresas armadoras más importantes y que mejor mantiene su flota, invita a pensar que no hay privilegios, que todos son iguales y no portación de apellidos en los muelles.
“Promac” por la unión de dos siglas: “Protein” y “Maquiavelo”, dos empresas del grupo. Es un barco que ya tiene sus años pero se mantiene muy bien.
Construido en gradas de Mestrina, el arrastrero de 34 metros de eslora fue botado en 1969, cuando Solimeno apostaba por la industria naval nacional. Tuvieron que pasar casi 30 años para recuperar la confianza. Ahora falta saber cuándo SPI se los termina. Pero esa es otra historia.
Una fisura en el techo del pique de proa, fallas en unas válvulas y problemas eléctricos determinaron que la inspección extraordinaria no fuese superada. La armadora tenía previsto “parar” al barco a mediados de diciembre cuando terminara de completar el par de viajes que pensaba hacer hasta fin de año.
En los primeros días, tras la prueba no superada, los ingenieros de la pesquera evaluaban dos alternativas. Lo reparaban de manera rudimentaria para volver a pescar lo antes posible o ya lo dejaban parado y adelantaban los trabajos de mejoras previstas a partir de diciembre.
A mitad de esta semana el buque pidió giro a la sección sexta en el muelle 2 donde comenzaron los trabajos, sobre todo en el piqué de proa, un tanque que normalmente se utiliza con agua e integra lo que se conoce como tanque de colisión, pensado para disminuir daños en caso de choque con otro barco. No es algo frecuente que ocurra pero en la última zafra de langostino en aguas nacionales varios anduvieron cerca.
Por qué se fisura un tanque que supuestamente lleva agua dulce. Porque en la flota pesquera es usual que ese espacio no se utilice con agua sino con gas oil. “Es el combustible el que debilita la chapa y genera las fisura”, me explica un obrero naval que se ha subido a varios barcos como el Promac.
En Solimeno aseguran que el plano del buque contempla la posibilidad que en la proa cargue combustible. En Prefectura no convalidaron esa opción. “Es la reserva de flotabilidad del buque. Esta expresamente prohibido llevar combustible en esa zona”, subrayaron.
Por qué lleva combustible el Promac en el piqué de proa. Por qué hace 15 años cambió el motor principal. Dejó tirado en muelle al viejo Fiat 500 de 8 cilindros e incorporó un Caterpillar de 12 cilindros.
La mayor potencia demanda mayor combustible. El interrogante que sobrevuela en el muelle es, si el barco estaba para salida, cómo en Prefectura no detectaron esta grave irregularidad.
Hasta el viernes por la tarde en el Consorcio no estaban seguros que Solimeno hubiese informado que realizaría reparaciones a flote para levantar los pendientes. Toda una rareza porque bajo esa condición el canon por uso de puerto es ostensiblemente más barato.
Con el reajuste en la tarifa a partir de este mes de noviembre, un buque pesquero paga un promedio de 105 pesos por metro de eslora por día cuando amarra en los muelles comerciales donde opera la flota.
Pero si está “En reparaciones”, la tarifa es más baja: 54 pesos por metro de eslora por día. Para el caso del Promac, 1836 pesos por día. Una verdadera bicoca que explica también por qué el puerto es un taller naval flotante, con barcos que ocupan espacios operativos por más de un semestre.
El propio Solimeno ha usufructuado este beneficio promocional reparando el “Ponte de Rande”, “Luca Mario” y ahora el “Navegantes”, sus tres congeladores especialistas en nototenias. Ahora lo goza Mozcuzza que tiene al “Stella Maris” amarrado a muelle de la sección Décima desde hace varios meses.
Lujos de un puerto que no abandona la intrascendencia pero que ya tiene programado la grilla de espectáculos en Silos Arena para el verano 2023.