Desde el santuario de San Cayetano, el padre Obispo de Mar del Plata Gabriel Mestre pidió al Santo un corazón solidario para acompañar a los más necesitados.
Junto al párroco de San Cayetano, Juan Pablo Cayrol, el obispo de Mar del Plata Mons Gabriel Mestre hizo su tradicional bendición y saludo a los trabajadores en su día en el marco de la soledad del templo.
El texto completo es el siguiente: “Nos encontramos celebrando el día del trabajador. Hace unos años hacíamos el saludo desde el parque industrial, o desde el puerto. Este año con la realidad del aislamiento por la cuarentena lo hacemos desde el santuario de San Cayetano, en cierta soledad, pero profundamente unidos de corazón. Otros años lo hacíamos con trabajadores, dirigentes de los movimientos sociales, sindicalistas, empresarios y políticos de distintos partidos. Este año lo hacemos desde la soledad del santuario, pero con un corazón profundamente unido».
«Hoy pensaba ¿qué pedirle al santo de la paz, el pan y el trabajo? En primer lugar, pedirle por todos los trabajadores en su día para que el Señor los bendiga, los ilumine y los acompañe. Quiero poner una especial dedicación a los trabajadores de la salud y la seguridad que están en primera línea asumiendo las realidades sociales y sanitarias de esta pandemia», agregó.
En otro párrafo, Mestre expresó: «En tercer lugar, sabemos que veníamos de una situación social muy difícil, pero esta cuarentena afecta de manera muy seria a muchas familias y personas, por eso quiero pedirle a San Cayetano que nos dé a todos un corazón solidario para poder acompañar esta realidad”.
A su turno el padre Cayrol, párroco del santuario, dijo: “quiero recordarles a todos que la fe es una palabra muy chiquita, pero la fe mueve montañas. Les pido que no aflojen en la fe y, si algo te hace aflojar, hace como San Cayetano: tómalo al niño Jesús en tus brazos y míralo a los ojos”.
Finalmente, el Obispo impartió su bendición a los trabajadores y de modo especial a aquello que no lo tienen en este tiempo.