Por: Roberto Garrone

Antes de volver a insistir con el segundo capítulo de la prospección en aguas del Golfo San Jorge, Vidal debería tomarse unos minutos y leer las conclusiones del Informe Técnico 07/25 en que los investigadores del Programa Crustáceos del INIDEP ponderan la importancia del Golfo en la pesquería de langostino.

Las campañas realizadas en estaciones estivales e invernales en el área revelaron que el área aporta entre el 77% y 89% de la biomasa total y entre el 86% y 94% del número total de individuos en el área evaluada, respectivamente.

Los resultados también evidencian que el Golfo es de vital importancia para el reclutamiento y desarrollo de la población de langostino, dado que se observa una alta presencia de juveniles (categorías L4 y menores) en todas las estaciones del año, especialmente durante el invierno en la región sur del Golfo, donde los juveniles superan, en promedio, el 90% de la población.

Es posible que Vidal interprete estos números de otra manera, no para cuidar los juveniles sino para pedir más cuota social de la que imaginaba. No importa que ese marisco lo pesque flota foránea y que no todo el recurso se reprocese en la provincia como establece la Resolución que estableció las condiciones de dicha cuota.

Carlos Liberman, ahora defendiendo los intereses bonaerenses, anticipó días atrás que las 3800 toneladas eran suficiente para atender el desequilibrio que generaba el cierre del Golfo. En realidad por los factores de multiplicación esa cuota se estira casi hasta rozar las 20 mil toneladas por jurisdicción.

Pero cuál es el modelo pesquero del gobernador santacruceño. Ya vimos el triste álbum de fotos arriba del “Gaucho Grande” rodeado de juveniles de merluza y langostino. Estos últimos días sumó postales ingresando a la planta de Barillari en Caleta Paula acompañado por sus amigos inversionistas chinos. Si Vidal respeta las normas como lo hizo con la sanidad del establecimieno…

La pesca de Santa Cruz parece tener pocos controles en los muelles, un solo dueño en tierra y trabajadores sometidos a la precariedad. Las riendas las maneja Luis “Gringo” Jones, al margen de la grieta. Es la cara visible de “Vepez”, la empresa que opera en todos los puertos de la provincia de la mano de cooperativas que prende y apaga como el juego de Sergio Lapegüe en TN.

Lo que genera preocupación es que la política pesquera de Vidal es acompañada hasta por la oposición. Gustavo “Kaky” González, diputado nacional de Unión por la Patria, destacó las gestiones del Gobernador que llevaron a ampliar la cuota social de merluza.

“Logramos que Santa Cruz tenga una cuota de 30.000 toneladas de merluza, lo que significa más valor agregado para las plantas procesadoras y más empleo, especialmente en lugares como Puerto Deseado, donde ya se han sumado 400 personas a la actividad”, explicó en declaraciones a Mar y Pesca.

En la Asociación Gremial de Obreros Marineros Unidos de Santa Cruz expuso en una reciente publicación todas las vinculaciones de Luis Jones en tierras provinciales, las cuales florecen abonadas con merluza que nadie controla.

El año pasado en Caleta Paula se declararon desembarques por 43 mil toneladas de hubbsi. Dirigentes sindicales creen que fueron muchas más pero que no se declaran para estirar los cupos de los pesqueros.

“Mandan camiones con pescado entero a Mar del Plata y hasta al Litoral. En las dos últimas filas antes de cerrar la caja ponen cajones con filet para disimular”, revela un estibador. Jones tiene vínculos con empresas de estibaje y camiones para transportar la carga.

En Puerto San Julián, Jones opera con obreros no registrados que reprocesan merluza y langostino. Vepez se quedó con la planta del Grupo Arbumasa en Puerto Deseado, donde aplicó el modelo cooperativo y en Caleta Paula donde es el principal dador de pescado en la planta de Barillari, donde funcionaban dos cooperativas, pero por gestiones de Jones, la provincia habilitó otra, “Sur Caleta”, que dejó a varios obreros en el camino.

La administración Vidal se vanagloria de haber recuperado la planta de Barillari pero en realidad con el advenimiento de la quiebra tras la compra del grupo Mirabella, ese bien pasó a manos de la nueva propietaria, como así también la planta y frigorífico ubicado en Mar del Plata y Comodoro Rivadavia.

Hace 20 días el gobierno de Santa Cruz intervino para, en su criterio, solucionar el conflicto en la planta de Caleta. “Tras meses de negociaciones se logró destrabar el conflicto que afectaba a los trabajadores de la planta pesquera Barillari en Caleta Olivia. Con la intervención del gobernador Claudio Vidal, se garantizó la continuidad laboral de todos los trabajadores, asegurando estabilidad y condiciones de trabajo dignas en un sector clave para la economía provincial”, resumió el portal oficial.

“Las cooperativas “El Dorado” y “20 de Noviembre”, que administraban la planta, en Caleta fueron eliminadas para dar paso a una nueva estructura que responde al gobierno provincial. En el proceso, 22 trabajadores fueron despedidos arbitrariamente, muchos de ellos con hasta 20 años de antigüedad, sin indemnización ni aportes suficientes para jubilarse”, expuso AGOMU en una publicación reciente.

¿Vidal solucionó al crisis en la planta de Caleta o resolvió una necesidad de Jones? Parece que el Gobernador promueve el crecimiento del negocio pesquero de la mano de obreros precarizados. Toda una paradoja si recordamos que el Gobernador proviene de la actividad sindical en la industria petrolera.

Casi no hay obreros registrados bajo convenio como el STIA en Chubut o el SOIP en Mar del Plata. Los trabajadores aseguran que el STIA en Santa Cruz es un simple sello de goma desde 2006 que ni siquiera tiene inscripción gremial.

Víctor Sánchez es el referente del SITIAL, un intento de sindicato con inscripción aprobada pero que está a la espera del reconocimiento oficial. Asegura que empresas adheridas a CAPECA han depositado durante años el 2% que les retenían a obreros en cuentas individuales de allegados al STIA Santa Cruz

Sánchez sabe que sería un milagro el reconocimiento de su gremio. Operario en la planta de Arbumasa durante 18 años, fue despedido a la semana que la documentación de la entidad sindical fuera reconocida por Asociaciones Sindicales del Ministerio de Trabajo.

Alejo Cabana constituye un caso inverso al de Sánchez. Es el presidente de “Sur Caleta”, la nueva cooperativa aupada por el gobierno provincial. El emprendimiento que ahora procesa pescado en la ex Barillari tiene un pasado precoz. Se formó en septiembre del año pasado y en noviembre ya tuvo su matrícula. De la mano de algunos padrinos políticos, se convirtió en la llave al servicio de Jones.

Si de vulnerar derechos laborales se trata, Santa Cruz es toda una tierra de promesas. Y se vienen los chinos de Hong Dong.

Buen domingo


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