Dos jóvenes turistas rosarinos fueron procesados y sus bienes embargados por cinco millones de pesos por organizar una fiesta clandestina para 500 personas en una casa alquilada en Mar del Plata durante la última temporada de verano, en violación de las restricciones vigentes por la pandemia del coronavirus, informaron hoy fuentes judiciales.

La medida fue dispuesta por el Juzgado Federal 1 de la localidad balnearia, a cargo de Santiago Inchausti, quien procesó a ambos jóvenes por los delitos de desobediencia y propagación de epidemia, contemplados en artículos 239 y 205 del Código Penal, en línea con un pedido de la Fiscalía Federal 2.

Los jóvenes están acusados de organizar el último 6 de enero una fiesta clandestina a la que participaron cerca de 500 personas en una casa alquilada en la zona de Punta Mogotes, pese a que en ese momento se encontraban vigentes las restricciones dispuestas por el Poder Ejecutivo por la emergencia sanitaria.

Además de procesarlos, el magistrado trabó un embargo por cinco millones de pesos para cada uno de ellos.

La fiesta se realizó en una casa ubicada sobre la Avenida de los Trabajadores y la calle Racedo, cerca del Faro de Punta Mogotes.

La investigación, en la que intervino el auxiliar fiscal Hércules Giffi, se inició a partir de cinco llamados al servicio de emergencias 911, que derivaron en la presencia de efectivos policiales, quienes concurrieron a la vivienda y constataron la presencia de 500 jóvenes de entre 20 y 30 años que se encontraban tomando alcohol y escuchando música a alto volumen.

De acuerdo con testimonios brindados entonces por vecinos, en el lugar se habían realizado previamente otras fiestas del mismo tipo.

A partir de la pruebas reunidas durante la investigación, el juez destacó que se trató de una fiesta de gran magnitud dado que en el patio trasero había «más de veinte bolsas de residuos de color negra con botellas de todo tipo de bebidas alcohólicas y vasos».

De acuerdo con la causa, quedó plasmado en fotografías y videos «el volumen de gente que concurrió a la fiesta, en su mayoría jóvenes de entre 20 y 30 años, que se encontraban en el lugar sin barbijo ni otras medidas de cuidado».

En el procesamiento, el magistrado reparó en «la gravedad del hecho» en el marco del «importante aumento de casos de Covid en nuestra ciudad a la época de los sucesos y la afluencia de personas de distintas partes del país que se encontraban vacacionando en esta ciudad». (Telam)


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