El bando celeste sabe que en la Cámara de Diputados se juega el partido «con la cancha inclinada» a favor de los verdes, y que el escenario más probable es el de la aprobación con media sanción de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, como ya ocurrió hace dos años.
Y a diferencia de ese entonces, el Senado no parece ser esa fortaleza inexpugnable con poder de veto que frenó el ímpetu de la marea verde.
El contexto cambió en poco tiempo, no sólo por la llegada al poder de un Gobierno decidido a tomar la sartén por el mango para anotarse una victoria con rédito político, sino también por una modificación en la correlación de fuerzas del Senado que emparejó la tendencia.
A sabiendas de que es muy difícil que este año se pueda detener la aprobación de una ley que modificaría la situación de las mujeres que deciden abortar, el bando celeste tuvo que recalibrar su estrategia y ahora se enfoca en buscar puntos de contacto con el bando verde, con el objetivo de suavizar el proyecto oficial.
Es con este cristal que hay que leer las expresiones moderadas de las dos principales referentes que tiene el sector «pro vida» dentro de la Cámara de Diputados: Carmen Polledo (PRO) y Marcela Campagnoli (Coalición Cívica).
Un cambio cualitativo muy notorio si se compara con el campo de batalla retórico en que se convirtió la Cámara baja hace tan sólo dos años.
«En mí siempre van a encontrar alguien con capacidad de escucha, intentando siempre tender puentes y ser moderado y no me parece que tengamos que fomentar ningún tipo de grieta. Ya bastantes problemas tenemos los argentinos. Así que esto no nos divida más, que no nos descalifiquemos y tengamos cuidado con las palabras», verbalizó Polledo, vicepresidenta de la comisión de Salud.
En el plenario de comisiones donde se desarrolló la primera jornada de debate, ambas legisladoras dejaron de cargar las tintas en la criminalización y penalización de la mujer por practicarse abortos.
No sin picardía, y acaso anticipándose a una hipotética jugada celeste para suavizar el proyecto, la diputada nacional del PRO Silvia Lospennato recordaría a su turno que desde el sector celeste no se presentó ninguna propuesta concreta en el sentido de despenalizar, aunque celebró que hayan «madurado» en sus posiciones respecto del debate del 2018.
«Para nosotros esta no es la solución. Sí estamos de acuerdo con despenalizar a la mujer. No estamos de acuerdo con perseguir con cárcel a a aquella mujer que en su soledad y desesperación recurrió a este tipo de intervenciones», resaltó Polledo.
Para apuntalar su postura en contra de la legalización, Polledo argumentó que ha visto durante años durante sus recorridas por hospitales las consecuencias «postraumáticas» en mujeres que se han sometido a intervenciones de ese tipo, y de abortos que han salido mal.
Además, argumentó que no fue una «buena idea» del Gobierno reinstalar el debate por el aborto en medio de la pandemia de coronavirus, con «tanta gente en la calle» movilizada por esta ley.
Por su parte, Campagnoli aseguró que «nadie quiere que una mujer vaya presa por haber transitado una situación de vulnerabilidad y haberse sometido a esa práctica». Sin embargo, la vicepresidenta de la comisión de Legislación Penal aseveró que el aborto «no es un derecho» sino «una tragedia a evitar y prevenir».
«Por eso trabajé tanto con mujeres de otros colores para que la educación sexual integral sea una realidad», enfatizó.
También ponderó el proyecto de «los 1.000 días», como parte de una política de acompañamiento a «las mujeres que están en una situación de vulnerabilidad».
En esta línea, insistió en que debe priorizarse una política de prevención y que «el Estado no ofrezca el aborto como única solución».
Sin embargo, volvió a hacer un guiño de moderación al proponer que se legalice todas las situaciones de abortos no punibles que fija el Código.
«A veces en algunas provincias cuyos sistemas de salud tienen una mentalidad muy conservadora no les permiten a las mujeres practicarse abortos. Estaría bueno que legalicemos eso y que sí sea un derecho», sorprendió Lospennato destacó como un «paso muy importante» que aquellas diputadas que «tienen una posición contraria a la aprobación de este ley consideren que la penalización a la mujer es algo que tiene que ser absolutamente superado después de un siglo en la Argentina».
«Esto que pareció un piso de acuerdo sin embargo no se traslució en una propuesta de minoría en aquel debate. Eso habla de la madurez que tiene la democracia argentina en este tema», destacó la legisladora opositora. (NA)