Dos de los cuatro hombres acusados de integrar la banda delictiva que cometió en los últimos meses una seguidilla de robos en departamentos de la ciudad de Mar del Plata, en los cuales logró apoderarse de más de un millón de dólares, 42 millones de pesos, alhajas y joyas, se entregaron este jueves por la tarde y quedaron detenidos, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Facundo Carro y Alejandro Suárez, dos de los cuatro sospechosos que se encontraban prófugos de la Justicia marplatense y que se presentaron en la sede de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) acompañados de su abogado particular.
La Justicia ordenó que sean trasladados a la unidad carcelaria 44 de Batan y mañana serán indagados por el fiscal Fernando Berlingeri, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 14 del Departamento Judicial de Mar del Plata.
En tanto, se especula que en las próximas horas se entregue el resto de los integrantes de la banda, informaron fuentes de la pesquisa.
El caso es investigado por el fiscal Berlingeri y por el personal de la DDI de Mar del Plata, quienes ya lograron identificar a los sospechosos tras un peritaje clave en distintos teléfonos celulares, en los que se recuperaron mensajes donde reconocían distintos robos.
Los pesquisas creen que la banda cometió al menos cuatro robos en los últimos seis meses en departamentos del macrocentro y de la zona de Playa Grande, en el sur de la ciudad.
En la jornada de ayer, con el aval de la Justicia de Garantías, efectivos de la DDI y del grupo UTOI allanaron simultáneamente cuatro domicilios y una «cueva» financiera del macrocentro de Mar del Plata con el fin de dar con los delincuentes, pero el resultado fue negativo.
De inmediato el fiscal Berlingeri pidió que se les dicte a los sospechosos una orden de captura internacional, indicó una fuente de la investigación.
Los procedimientos tuvieron lugar en una vivienda del barrio privado «Rumenco Joven», ubicado en avenida Jorge Newbery; en una casa en la calle French al 5300; un inmueble en San Juan al 4100; en una vivienda de la calle Laprida al 5000 y en un inmueble que actuaba como «cueva» en Catamarca al 2200.
Al arribar la Policía, ninguno de los imputados estaba y a los investigadores les llamo la atención porque el resto de la familia estaban como esperándolos.
«Nadie se sorprendió de los allanamientos», dijo una fuente con acceso al expediente consultada.
El primero de los hechos que se le atribuye a esta organización, por el momento, ocurrió en julio del año pasado y el último sucedió en los últimos días en otro inmueble de la zona de Playa Grande.
Los investigadores creen que en el marco de los robos los ladrones se alzaron con una suma muy importante de dólares y en pesos, como así también alhajas y joyas.
El fiscal Berlingeri informo esta mañana que, para concretar los hechos, la banda realizaba tareas de inteligencia en torno a sus víctimas, lo que le permitía acceder a cierta información sobre los ahorros que tenían en sus inmuebles.
«Hay filmaciones producto de las cámaras de seguridad de los edificios en los que vivían las víctimas y aledañas que muestra a distintos integrantes de la banda que merodeaban la zona los días previos a cometer los ilícitos», dijo el fiscal.
Además, manifestó que “entre las víctimas no hay relación alguna, entre ellos no se conocían» y que «hay escuchas telefónicas que están incorporadas a la causa donde hablan entre ellos sobre los hechos cometidos».
«Hay al menos dos de los sospechosos sobre los que pesa la orden de captura que en diciembre pasado estuvieron en Qatar presenciando el mundial de fútbol, y luego hay otro viaje que realizan tres de ellos a otro destino turístico», expresó.
Entre los sindicados como autores de los hechos, hay un comerciante, el dueño de una concesionaria y propietario también de una «cueva» (comercialización de venta y compra de moneda extranjera), situada en el macrocentro de esta ciudad.
Según la investigación, los delincuentes aprovechaban que los dueños de los departamentos asaltados no estaban en la vivienda al momento de ingresar a robar.
«De hecho, en el último de los hechos, los delincuentes lo cometieron cuando la familia damnificada estaba cenando a tan solo dos cuadras de la vivienda, mientras que el resto de los robos, los integrantes de ese hogar estaban de viaje», indicó el fiscal.
Para los pesquisas, el primero de los hechos se produjo el 28 de julio en un edificio de la calle Moreno al 3000 y, unos días más tarde, la misma banda cometió otro robo en el mismo domicilio al aprovechar que sus moradores estaban de viaje.
Otro de los robos ocurrió el 13 de noviembre en la calle Bolívar al 3500 y el último sucedió el 20 de enero en un departamento de la calle Rodríguez Peña al 100, en plena zona de playa Grande.
La sospecha de los investigadores es que, para ingresar a los departamentos, los ladrones obtenían copias de las llaves de la puerta de ingreso, tanto del edificio como de la vivienda.
Para el fiscal Berlingeri, los cuatro involucrados deberán afrontar cargos por asociación ilícita y hurto agravado por el uso de llave falsa o sustraída. (Telam)