Por: Roberto Garrone

Los más de 500 interesados para aprender el oficio de soldador, quienes en la tarde del viernes hicieron una larga cola a metros de la banquina chica del puerto, con la idea de ocupar alguna de las 90 vacantes que habilitó el Centro de Formación Profesional 418 para el nuevo curso de formación en las aulas móviles que dispuso el Consorcio Portuario, fueron una de las últimas muestras tangibles de la sinergia virtuosa que atraviesa a la industria naval y que tiene en Mar del Plata uno de sus brotes verdes más tupidos, uno de sus focos de desarrollo principales.

La última ocurrió ayer con la botadura del primero de los seis barcos pesqueros que encargó la empresa Arbumasa Pesca Austral en gradas de Astillero Contessi. De capitales chinos, es uno de los nombres importantes en el tablero de la industria, recibirá el segundo buque el mes que viene, otros dos entre diciembre y enero del 2023 y los últimos dos, a fines del año que viene.

No hay una palabra precisa para traducir “Huafeng”, el nombre de una de las empresas que controla el Grupo y el de todos los nombres de los barcos que bautizó y bautizará en el astillero marplatense. El que más se aproxima es “estrella brillante o luminosa.”.

Ese fenómeno guía también a la industria naval, uno de los pocos donde no sufre las grietas que regala el país péndulo, sino políticas que se complementan para potenciarla y generar mayor desarrollo. La decisión de la empresa china de firmar el contrato demoró un año de estudios, análisis y evaluaciones de presupuestos de otros astilleros.

Contribuyó el Decreto para la renovación de la flota pesquera que había firmado el ex presidente Mauricio Macri como la decisión de la Secretaría de Industria de no permitir que se importen barcos usados, lo único contra lo que no puede competir la industria nacional.

Lo comprendió Solimeno que encargó el nuevo buque tangonero en gradas de SPI. El buque toma forma y espera que la OPDS, ahora convertido en ministerio de Medio Ambiente bonaerense, libere la autorización para perforar el lecho de la banquina chica y hundir los pilotes de hormigón que le permitirán alargar el elevador sincrónico, el medio hidráulico que permitirá que el buque pueda bajar al espejo interior del puerto para completar su construcción.

Después del primero, Solimeno, que hacía más de 30 años no construía un barco en el país sino que los trajo importados usados de Europa, encargó dos barcos más en el astillero SPI, por lo que la formación de mano de obra calificada se tornó una necesidad indispensable para poder cubrir la demanda.

Y ese objetivo también encontró a todos los actores del mismo lado. El año pasado hubo un curso de estructuras navales que se dictó en las aulas de la Escuela Nacional de Pesca, el cual contó con el aval de la ABIN, una de las cámaras sectoriales, el astillero y hasta el sindicato de obreros navales.

De los 17 alumnos que concluyeron el curso, ocho fueron incorporados por el propio SPI y del resto, los que no trabajaban en fuerzas de seguridad, se sumaron a pequeños talleres. Hoy aprender a soldar es el pasaje a un empleo calificado y en blanco, mayoritariamente. Todavía hay algunos eslabones de la cadena que requieren de mayores grados de formalidad.

Con la demanda desbordando todos los cálculos imaginados, en el Centro de Formación ya piensan en replicar el curso en el segundo semestre del año. Deberían pensar en otros rubros vinculados como la matricería, calderería o tornería.

En la industria pesquera, especialmente en el langostino, los planetas no asoman tan alineados. En estos años la tensión que siempre existió en quienes pescan al marisco fresco y quienes lo congelan y clasifican a bordo estuvo tapada por la abundancia del recurso.

Ahora que desde las aguas provinciales de Chubut el langostino emite señales disonantes, irregulares, de menor abundancia que en los últimos años, la preocupación alcanza no solo a los principales afectados, los costeros de Rawson, sino también al resto de los actores, fresqueros de altura y congeladores que aguardan su turno para comenzarlo a pescar en unos meses en aguas nacionales

Si el langostino muestra niveles de menor abundancia se desatará una disputa entre las flotas para ver quién se queda con la mejor tajada. En estos últimos años creció la participación de barcos fresqueros de altura de Mar del Plata, La curva siempre fue mirada con recelo desde la flota congeladora.

La abundancia maquilló la grieta y hoy se advierten los primeros chispados. Un modelo aspira a la producción de un langostino Premium, casi exclusivo, aunque no genera empleo en tierra, y el otro apuesta al volumen, con una calidad inferior en la captura, pero que mueve miles de obreros en las plantas de reproceso.

Por eso si la pesquería tiene un cambio de rumbo y hay que administrar carencias, más que nunca la autoridad de aplicación deberá mostrar rapidez de reflejos para garantizar la sustentabilidad del recurso.


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