Por: Roberto Garrone
El atraso cambiario, una altísima inflación en dólares que provoca una pérdida de competitividad cada vez mayor, combinado con la falta de demanda de los principales mercados europeos por la crisis que desató la invasión rusa a Ucrania y la apatía de China que con la excusa del Covid compró casi dos tercios menos que en años anteriores provocaron que las exportaciones pesqueras durante el 2022 registraran una significativa baja en comparación con el 2021.
Si para alcanzar un dólar diferenciado que le permita al sector ganar una bocanada de oxígeno tenían que mostrar un nivel superior de exportaciones, tal lo que ha acordado Massa con el sector automotriz por ejemplo donde no pagarán retenciones a partir que superen los niveles exportados del año anterior, la pesca la tendrá muy cuesta arriba este 2023 electoral donde la tradición dice, gobierne quien gobierne, que pisarán el ritmo devaluatorio y se ampliará la brecha cambiaria.
De acuerdo a los datos que publicó CAPECA en su habitual cuadro estadístico que resume los movimientos exportadores de la industria, la pesca nacional exportó en 2022 1804 millones de dólares, un 8,4% menos que el año anterior cuando habían sido 1990 millones.
Ya hemos repetido desde este espacio dominical que la industria tiene problemas adentro y también afuera. Los de adentro lejos de corregirse se profundizan y se amplían. Hoy a las empresas les cuesta mantener operativa a la flota por los problemas para importar motores, repuestos o piezas claves a bordo como un giro freezer.
Cuando pueden salir a pescar hay obstáculos con las habilitaciones de la tripulación. La Armada Argentina demora la renovación de cerca de 3 mil títulos habilitantes que obligaron a otorgar nuevas prórrogas que permitan mantener a la flota activa y patear la pelota para adelante como vienen haciendo desde hace dos años.
Por volumen, el principal producto exportado de la pesca nacional fue el calamar, con casi 147 mil toneladas, que generaron 314,7 millones de dólares, un 26,4% más que lo recaudado por este producto en 2021, que se explica por una zafra más abundante.
Entre el langostino entero y las colas de langostino se exportaron 135 mil toneladas. Entre ambos productos sumaron 942 millones de dólares. Más de la mitad de las exportaciones pesqueras nacionales correspondieron a esta especie. Más que nunca hay que profundizar las medidas de manejo que permitan garantizar la sustentabilidad de la pesquería que no es otra cosa que preservar a la propia industria.
“Las colas de langostino registraron un aumento del +9,1% en los precios que permitió “paliar” la caída significativa en el volumen exportado que fue cercana al -25%”, señala el documento de CAPECA, en que resalta que el precio del langostino entero no encontró un piso aún.
Registró una baja promedio del -11,6% en 2022 con relación al 2021, como consecuencia de la fuerte caída en los precios registrada en mercados relevantes desde julio a noviembre, que promediaron el -6,6% para julio, el -10,3% en agosto, el – 15,3% en septiembre, el -26,3% en octubre, noviembre del -24,2% y diciembre con una merma del -17,7%, con relación a los mismos meses de 2021.
La merluza, especie que domina los desembarques en Mar del Plata, tuvo un 3,3% menos volumen exportable. Fueron 61.876 contra 64 mil del 2021. La buena es que hubo un aumento de los precios del pescado blanco y ese menor volumen generó más divisas. Fueron 202 millones de dólares, un aumento del 14,6%.
El principal comprador fue Brasil, pero con las trabas sanitarias en frontera el flujo se redujo un 8,6%. Ahora todos esperan que la frontera se vuelva más amigable con el regreso de Lula y haya mayor tolerancia para el “anisaki”, el parásito que con frecuencia aparece en análisis de filet de merluza. También esperan alguna señal que ponga freno al langostino que ingresa de contrabando.
Los tres principales destinos de las exportaciones pesqueras fueron España, China y los Estados Unidos; en conjunto representaron el 44,7% del total exportado. Sólo España representó el 23,6% con un valor exportado de 424 millones de dólares. Los 10 principales destinos concentraron el 75% de las exportaciones.
Estos números en rojo no sorprendieron a nadie en el sector pesquero. De mantenerse esta actual coyuntura interna y el precio del langostino entero cuesta abajo, todo lo que viene será cuesta abajo.