Un enfermero de Mar del Plata fue condenado a once años de prisión por abusar de una paciente que se recuperaba de un accidente cerebrovascular en el Instituto Nacional de Rehabilitación Psicofísica del Sur (Inareps).

Este hombre también fue encontrado culpable del delito de vejaciones en dos episodios de los que resultaron víctimas pacientes afásicos.

Según informó el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata, compuesto por los jueces Fernando Minguillón, Roberto Falcone y Martín Poderti, el agresor, identificado como Rubén Omar Rivas, de 54 años, fue inhabilitado de por vida para ejercer su profesión.

El fiscal subrogante Carlos Fioriti había solicitado la imposición de 14 años de prisión e inhabilitación especial perpetua en el ejercicio de su profesión para Rubén Omar Rivas, quien siguió el alegato de manera remota desde el Penal de Marcos Paz, donde permanece detenido.

Se estima que el hecho sucedió entre el 1 y el 11 de agosto de 2021, cuando la víctima, en un estado de vulnerabilidad debido a su recuperación, fue tocada en sus partes íntimas por parte de Rivas mientras la preparaba para un electrocardiograma, de acuerdo con la información a la que pudo acceder la Agencia Noticias Argentinas.

La denuncia la realizó una enfermera que dio cuenta de lo sucedido días después y fue clave para llevar a juicio al imputado, quien fue acusado formalmente de “abuso sexual gravemente ultrajante agravado por haberse cometido por una persona encargada de la guarda de la víctima, en concurso real con el delito de vejaciones en dos hechos, los que concurren realmente entre sí”.

Estas últimas dos acusaciones refieren a otros dos casos por los que fue encontrado culpable, puesto que torturó a otros dos pacientes masculinos internados en el mismo centro de salud entre 2017 y 2018.

Estas personas, que sufrían de afasia —trastorno del lenguaje causado por daño en las áreas del cerebro responsables del habla y la comprensión—, fueron sometidos a maltratos que incluían ser bañados con agua fría, decirles expresiones humillantes, arrojarles agua sobre las heridas de sus traqueotomías, pegarles y “revolearlos” sobre sus camas. Enfermeras que declararon en el caso dieron cuenta de que los malos tratos eran diarios.

En la audiencia que se celebró el miércoles 14 de mayo, el fiscal Fioriti destacó el testimonio de la víctima, quien en sus declaraciones, tanto en juicio como previamente en el fuero federal y en el provincial, “no mostró contradicciones ni fisuras” y se expresó con “veracidad, verosimilitud y coherencia”.

Además, explicó que la mujer no pudo revelar enseguida las situaciones ultrajantes por tocamientos que padeció. “La víctima de este tipo de hechos no habla cuando quiere, sino cuando puede”, reparó.

El fiscal relató que la mujer rompió en llanto en medio de una crisis nerviosa y alertó a las enfermeras que estaban en ese momento de turno en la madrugada del 15 de agosto de 2021, unos días después del hecho.

En tal sentido, el fiscal expuso que, cuando las enfermeras fueron hasta la habitación, la mujer les relató la agresión sufrida, por lo que tomó intervención la médica clínica que esa noche estaba de guardia.

La víctima también manifestó temor ante la situación de vulnerabilidad en la que se encontraba y la lejanía de su familia, dado que estaba en el Inareps porque había sido trasladada desde otra localidad bonaerense para recibir atención a raíz de que había sufrido un ACV isquémico.

El enfermero es la persona de confianza de los pacientes. Rivas se abusó de eso para agredir sexualmente a una de sus víctimas y maltratar a las otras dos”, sostuvo Fioriti, que mencionó también que una de las víctimas de malos tratos falleció esta semana, días después de su declaración, antes de conocerse la sentencia.


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