Un hombre acusado de haber matado a balazos en el verano de 2019 a su ex pareja, la oficial de policía de Mar del Plata Gisel Romina Varela, fue condenado a la pena de prisión perpetua y el tribunal ordenó además que se venda su auto para darle el dinero a la hija de la víctima a modo de reparación.
El Tribunal Oral en lo Criminal 2 (TOC 2) sentenció de manera unánime al imputado, Sergio Alejandro Cejas (38), como autor del delito de «homicidio doblemente agravado por el vínculo por haber mantenido una relación de pareja y por femicidio».
Los magistrados consideran que en el juicio que se realizó a Cejas en el sexto piso de los tribunales marplatenses quedó acreditado que el hombre asesinó de cinco balazos a Varela en la mañana del 8 de enero de 2019, a metros de la ex terminal de micros.
En su sentencia, dispusieron además el secuestro y la venta del vehículo particular del acusado, para disponer, con intervención del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, de una reparación para la hija menor de edad de la víctima.
El fallo de los jueces Néstor Conti, Alexis Simaz y Roberto Falcone fue en línea con el pedido realizado en su acusación por la fiscal Florencia Salas, y rechazó los planteos de atenuación realizados por la defensa.
Tras la sentencia. Salas dijo estar «muy conforme», y destacó la reparación dispuesta para la hija de Varela, «a la que están criando los abuelos».
La fiscal aseguró que la oficial asesinada «estaba inmersa en un círculo de violencia de género del que no pudo salir».
Según se estableció en las cuatro jornadas del juicio, Cejas, sobre quien regía una restricción de acercamiento hacia la víctima por una denuncia por violencia de género, la asesinó de cinco disparos tras arrebatarle su arma reglamentaria.
Los jueces dieron por probado que el hombre interceptó a la víctima cerca de las 6.45 del 8 de enero de 2019, en la esquina de Alberti y Las Heras, mientras ella aguardaba el colectivo para ir hacia su trabajo.
De acuerdo a la sentencia, el imputado, que no estuvo presente en su lectura, le disparó dos veces en la cara, una en el cuello y otros dos tiros impactaron en el chaleco antibalas que ella llevaba puesto, lo que le provocó «dilaceración del parénquima cerebral y consiguiente paro cardíaco que culminó con la muerte de forma inmediata».
Al momento del crimen, existía sobre Cejas una restricción de acercamiento dictada por el Juzgado de Familia 4, de la cual la víctima llevaba una copia en su mochila.
Tras el femicidio, el imputado escapó en su auto Toyota, que había dejado estacionado a metros del lugar, y fue detenido horas más tarde en la localidad vecina de Miramar, donde fue hallado además el vehículo, con la Bersa calibre 9 milímetros de Varela en el asiento trasero.
El acusado llegó a juicio con prisión preventiva en la Unidad Penal 44 de Batán, y al brindar sus últimas palabras ante el tribunal en la última audiencia del debate oral expresó: «Quiero expresar mi arrepentimiento, por el final de los hechos. Pedir disculpas por todo lo que pasó. Que Dios obre en nuestras vidas y sea él quien nos juzgue». (Telam)