La CGT concretará este jueves su tercer paro general en lo que va del Gobierno de Javier Milei, en el marco de un endurecimiento de las divisiones internas de la central obrera y que pone en riesgo la contundencia de la protesta, como quedará reflejado en el normal funcionamiento de los colectivos por la decisión de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) de no adherir a la huelga.
Mario Calegari, secretario de Prensa de la UTA, explicó la postura del sindicato: «Ya sabía la CGT que, si hacían una medida dentro de ese término, no íbamos a poder parar. Los servicios se van a brindar normalmente».
Sin la adhesión de los colectiveros, el paro general corre el peligro de debilitarse, aunque en la CGT desestimaron esa posibilidad: «El 9 de mayo pasado, cuando hicimos un paro, también hubo colectivos y el paro fue contundente», dijo el cotitular cegetista Héctor Daer (Sanidad), en una conferencia de prensa realizada este martes, durante la cual apuntó contra la UTA al sostener que «el paro es de los trabajadores de toda la Argentina, más allá de si son o no colectiveros».
Los principales argumentos de la CGT para realizar otro paro general consisten en el rechazo a los límites que fija el Gobierno en las paritarias, el reclamo de mejoras para los jubilados y el repudio a «la represión de las protestas sociales».
En una declaración difundida hace dos días, la central obrera advirtió: «Estamos frente a un gobierno que muestra insensibilidad frente a los problemas de la gente. Ejecuta actos de represión salvaje e injustificada, viola permanentemente los acuerdos institucionales, desfinancia la educación y la salud, abandona la obra pública, manifiesta desprecio por las minorías, ajusta a los jubilados e impone límites a la negociación colectiva».