La semana pasada dio inicio en la Unidad n°50 femenina de Batan, la tercera etapa del proyecto ECOS llevado adelante por el personal de la Unidad, en colaboración con diversas instituciones relacionadas a la vida sustentable y reciclado de residuos.
En esta oportunidad, los talleres están orientados a la bioconstrucción como tema convocante, y a cargo de ellos estarán los miembros de la Cooperativa Greda de Miramar. Se llevarán a cabo cuatro encuentros virtuales para los que los cooperativistas prepararon material a lo largo de todo el año 2020.
El director de la Unidad, Esteban Fraga, manifestó estar muy entusiasmado con este proyecto, ya que desde hace algún tiempo una de las metas del establecimiento es generar conciencia ambiental entre sus habitantes. Respecto de esta etapa, agregó que “estoy agradecido por el compromiso y trabajo involucrado por parte de la gente de Greda, por compartir esta gran herramienta con las mujeres de la Unidad”.
Entre los objetivos principales, esta etapa del programa busca dar a conocer entre las mujeres privadas de libertad, el concepto de bioconstrucción, sus fundamentos y técnicas; promover la concientización sobre las ventajas del trabajo colaborativo; proveer información sobre los usos de diversas materias primas y oportunidades de inclusión; y la potencialidad de fortalecimiento de la economía local y mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos.
Todo el contenido compartido estará centrado en la experiencia concreta de la cooperativa de trabajo Greda, su surgimiento y organización como una cooperativa que tiene a la bioconstrucción como su primer y principal servicio y a la permacultura como horizonte de sus actividades.
Florencia, miembro de la cooperativa aseguró que los miembros de Greda “estamos muy felices de participar y poder brindar los conocimientos básicos de la bioconstrucción, así como también dar a conocer la importancia del trabajo colaborativo y la ayuda mutua como sostén de los procesos de autoconstrucción” y agregó que “la idea es poder compartir la experiencia de más de seis años que acumulamos, para que otras personas puedan también pensar en tener una vivienda digna, de buena calidad, con recursos accesibles y de bajo impacto ambiental”.
Durante el primer encuentro se abordará el concepto y los principios de la bioconstrucción, que son: construir sin deteriorar el medio ambiente, utilizando los recursos de manera sostenible (sin agotarlos), con el objetivo de que la vida actual no genere un daño para las generaciones futuras. Durante el segundo se darán a conocer historias que reflejan la posibilidad concreta de que cada persona lleve adelante su proyecto constructivo, una vez obtenidos los conocimientos necesarios, así como saber que se puede contar con un proceso de desarrollo de trabajo colaborativo.
En la tercera charla se desarrollarán las ideas asociadas a las denominadas mingas, buscando promover la concientización sobre la importancia del trabajo colaborativo y el fortalecimiento de vínculos comunitarios. El último encuentro estará centrado en la presentación de la construcción en tierra cruda como una actividad laboral posible y en difundir la organización cooperativa del trabajo.
Al respecto de esta experiencia, Antonella, asistente al taller afirmó que “poder acceder a conocimientos sobre bioconstrucción es una idea extraordinaria, porque nos da la posibilidad de saber que podemos progresar con elementos que están a la mano, en la naturaleza, podemos experimentar cosas nuevas, fuera de lo convencional y hacer de una casa de barro para vivir bien”.
A partir de esta experiencia concreta, las mujeres de la Unidad n°50, no sólo podrán visualizar a la construcción en tierra cruda como una actividad rentable, sino que también se acercarán a los valores y principios cooperativos, viendo así las potencialidades de las empresas de este tipo, su particular forma de organización y de toma de decisiones, así como la diferencia respecto de otras formas de vínculo laboral.