Por: Roberto Garrone

Al cierre de esta columna crecían las chances que la temporada de langostino en aguas provinciales de Chubut pudiera reanudarse después de 25 días de inactividad, fruto de innumerables cortocircuitos entre los sindicatos y las patronales, conciliaciones obligatorias no acatadas, extorsiones y la pérdida de miles de kilos de langostino que terminaron en la basura, en un contexto internacional del negocio dominado por precios bajos y una demanda dormida.

Chubut hoy proyecta “Los Juegos del hambre”. Todos los eslabones de la cadena productiva, más o menos, sienten la necesidad de encender los circuitos por donde fluye el dinero. Más que nada los trabajadores, tripulaciones, estibadores, transportistas, peladores y envasadores del marisco

Los que no tienen necesidades básicas insatisfechas los urgen cuestiones políticas. En el STIA, Luis Núñez siente la presión de las bases y sus urgencias y también una grieta interna que abrieron algunos delegados de Mirabella que cuestionan la representatividad en el conflicto.

Los socios de CAPIP tienen las cámaras atiborradas de langostino congelado pero los 25 días de parálisis pone nervioso a más de uno. Para colmo resurgieron las empresas adheridas a la Cámara del Golfo reclamando un lugar en la mesa de negociaciones y cuestionando la manera en que negocian la paritaria.

Esas negociaciones parecían estar en punto muerto hasta que esta semana resurgieron las presiones de los operadores del Gobernador para con los directivos de la cámara en pos de un acuerdo que permita volver a poner la rueda en movimiento.

El viernes a la tarde la chance de izar la bandera blanca con el sindicato parecía cercana. Hasta que el resto de los miembros de la CAPIP se enteraron de las condiciones y casi todo estalla por el aire. Pocos parecían dispuestos a dar marcha atrás con las suspensiones aplicadas al personal por no acatar la conciliación obligatoria.

La zafra otra vez en marcha le serviría fundamentalmente a Nacho Torres. Como vimos la semana pasada, el Gobernador en pie de guerra contra el ajuste fiscal del gobierno libertario, pidió a todo el mundo que haga lo imposible para que la temporada no termine dando estos colores sepias que regaló estas últimas semanas.

En la estiba, la presión de FEPA, con el anuncio de un paro el lunes si las empresas díscolas de Rawson no firmaban el reajuste paritario que inició la batalla con la cúpula del SUPA en la provincia, fue solo humo para la tribuna. Fuera de Chubut el paro anunciado para mañana tendrá rasgos de simbólico.

Las empresas de estiba “Scarico”, “Suarmo” y “RV” seguirán sin firmar el reajuste y por consiguiente y prometieron, el SUPA no les entregará eventuales para la descarga de sus clientes de la flota costera.

¿Pero entonces cómo será posible que la temporada puede reanudarse? Acá entrarían a jugarse otros intereses y acuerdos que también revelarían necesidades particulares de los involucrados donde cada cual atiende su juego. Veamos…

Mientras se pulía el acuerdo STIA/CAPIP, algunos empresarios de estiba de Rawson avanzaban para abrochar el suyo con “Sapo” Aravales con la idea que descargue los barcos que en otras circunstancias atenderían las tres empresas en conflicto con el SUPA.

Aravales tiene una empresa de estiba en Rawson junto a sus hijos y firmó el reajuste paritario con Alexis Gutiérrez, Vera, Villarroel y compañía por lo cual está habilitado para poder trabajar en el muelle.

Entregar el negocio de la descarga por tres semanas -eso quedaría en el carretel de la temporada- es el precio que estaría dispuesto a pagar Raúl Cereseto para cumplir con la promesa hecha a Torres de reactivar la zafra. De paso mantiene su postura de no negociar con quienes lo extorsionaron y terminaron con prisión domiciliaria en la causa que lleva la jueza Ana Karina Blecker.

La necesidad de Cereseto de entregarle a su amigo Torres la foto con la temporada de nuevo en marcha no sería la única. También requiere fortalecer la denuncia penal contra la cúpula del SUPA. Una batalla que llenó sus días de tensión e incertidumbre e incluyó la quema de su camioneta en la puerta de su domicilio, con toda su familia como testigo.

Fuentes judiciales confirmaron esta semana que el “Sapo” formuló una denuncia contra la cúpula del SUPA. Justo lo que necesitaba “Tato” y el condimento que le faltaba a la fiscal Florencia Gómez para, sino aumentar la severidad de la medida judicial a los imputados, prorrogarla.

El mes de prisión domiciliaria vence el 8 de marzo. Para esa fecha la Jueza deberá determinar cómo siguen los arrestados. El testimonio de Aravales –reconoció el pago de coimas, no que haya sufrido amenazas- expone que las cuentas bancarias de los sindicalistas tenían más aportantes patronales.

En la Fiscalía esperan otros testimonios de empresarios del sector que han venido aportando mensualmente a las cuentas de Gutiérrez y los suyos para derrumbar el argumento de la defensa, de que esto se enfoca en un conflicto paritario. En su casa, detenido, “Gallo” sigue cobrando de algunas empresas de estiba unos 3 millones de pesos por mes.

Y a todo esto, cuál sería la necesidad de Aravales de tomar los barcos de “Scarico”, “RV” y “Suarmo” y terminar de enterrar a los representantes de los estibadores. Pura necesidad de sobrevivir…. Luego de haber perdido los barcos de Cabo Vírgenes y terminar mal con Red Chamber, el “Sapo” y sus “sapitos” no tenían muchas opciones si querían seguir formando parte del negocio.

Es curioso que uno de los únicos que no han sufrido interrupciones durante la temporada sean los de la empresa de capitales estadounidenses que hace unos años se hicieron cargo de la ex Al Pesca y sus permisos de pesca.

Son la excepción a la regla en varios sentidos: siguen pescando en aguas provinciales aunque no pagaron el FAP, deben el canon de extracción y la mayoría de los barcos con los que operan como el “Doña Alfia”, “Euro”, “Santorini” y “Fides Fe”, ni siquiera tienen asiento en Chubut.

Buen domingo


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