Buenos Aires, 6 de mayo de 2025. Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Ovario, que se conmemora este 8 de mayo, la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC) y la Asociación Civil Sostén se suman a la iniciativa global bajo el lema #NingunaMujerSeQuedaAtrás y advierten sobre la necesidad de aumentar la información disponible para la comunidad y de promover políticas de detección y tratamiento que contemplen la complejidad de esta enfermedad.
En nuestro país se diagnostican cerca de 2.200 casos por año, según datos del Ministerio de Salud, y su abordaje representa un desafío, en gran medida, porque suele detectarse en etapas avanzadas.
En general, el diagnóstico suele producirse cuando la enfermedad ya se ha diseminado fuera del ovario y los signos iniciales -distensión abdominal, molestias digestivas, dolor pélvico o sensación inmediata de saciedad al comer- suelen confundirse con afecciones gastrointestinales o urinarias comunes. Esto contribuye a que más del 70% de los casos se diagnostique en estadios avanzados, lo que reduce significativamente las posibilidades de curación.
“A diferencia de otros tumores, el cáncer de ovario no cuenta con un test de tamizaje eficaz para la población general, lo que significa que no existe, al día de hoy, un estudio que permita detectarlo precozmente en mujeres sin síntomas. Esto hace que sea un verdadero desafío para los equipos de salud. Por eso es fundamental que las mujeres estén atentas a cambios persistentes en su cuerpo, aunque parezcan menores, y que los profesionales tengan un alto índice de sospecha ante ciertos cuadros clínicos”, afirmó el Dr. Matías Cortés, médico oncólogo, integrante de la comisión directiva de la AAOC.
Uno de los avances más importantes en la comprensión de esta enfermedad ha sido el reconocimiento del componente genético en una proporción significativa de los casos. Determinados biomarcadores (alteraciones genéticas o presencia de proteínas) específicos pueden indicar mayor riesgo de desarrollar la enfermedad, lo que permite considerar acciones preventivas o, inclusive, ayudar al equipo de salud a tomar decisiones terapéuticas con más información y así lograr los mejores resultados posibles.
En mujeres con antecedentes familiares de estos tumores, o con mutaciones ya identificadas, el asesoramiento genético y la vigilancia clínica son claves. En aquellas recién diagnosticadas, la realización de estudios genéticos será vital para determinar el camino a seguir.
El cáncer de ovario representa una enfermedad grave y un desafío tanto para los médicos como para los pacientes. Las opciones de tratamiento actuales, especialmente para aquellas pacientes con enfermedad avanzada y resistencia a la quimioterapia basada en platino, datan ya de más de una década. Sin embargo, en este tiempo se ha logrado un mayor y mejor conocimiento de la biología tumoral, lo que ha permitido la identificación de objetivos moleculares específicos que ofrecen la posibilidad de una terapia dirigida, mejorando significativamente el pronóstico. Se espera que en los próximos meses se confirme la llegada de terapias innovadoras y específicas.
Los especialistas sostienen que hoy la información genética de los tumores es indispensable para tomar decisiones, aunque remarcan que el éxito del tratamiento depende tanto del acceso a drogas innovadoras, como de la calidad del abordaje quirúrgico y del enfoque interdisciplinario.
“Cada paciente debe recibir un abordaje personalizado, ajustado a sus características genéticas y a su estado de salud, pero el tratamiento estándar es a base de cirugía y quimioterapia. Sin embargo, existe un porcentaje significativo de pacientes en el que la enfermedad progresa luego del primer esquema de quimioterapia. Ha habido avances en términos de terapias dirigidas o de terapia antiangiogénica que nos han permitido controlar la enfermedad en un porcentaje significativo de casos. Sin embargo, existe todavía una necesidad importante para lograr un control”, agregó el Dr. Cortés.
“Es fundamental que las pacientes sean tratadas en centros con experiencia en oncología ginecológica, donde puedan acceder a los tratamientos oncológicos adecuados y también al asesoramiento genético, nutricional, a la contención emocional y cuidados paliativos, si son necesarios”, agregó María Alejandra Iglesias, presidente de la Asociación Civil SOSTÉN.
Desde la AAOC y SOSTÉN trabajan activamente en la formación continua de profesionales, la difusión de información actualizada y el acompañamiento de pacientes a través de redes de apoyo. También se promueven campañas de concientización que inviten a las mujeres a consultar ante síntomas persistentes y a conocer su historia familiar, ya que el conocimiento y la prevención siguen siendo herramientas fundamentales en el afrontamiento del cáncer.