El empresario naval Domingo Contessi sostuvo que el capitulo dedicado a la modificación de la Ley de Pesca, art. 242 a 253 del proyecto de Ley Ómnibus «es simplemente nefasto» y aunque descartó que no saldrá aprobado, afirmó que el impacto negativo que va a generar en la Industria Naval será inmediato. «¿Quién va a invertir en la construcción de un nuevo buque si no sabe si podrá luego acceder a una cuota de captura?», se preguntó.
A través de una nota de opinión, el presidente del Astillero Naval Contessi, señaló que «es una verdadera lástima porque se manchan otras iniciativas incluidas en el mismo proyecto de ley que seguramente son positivas, por intentar legislar en un tema donde evidentemente hay mucho desconocimiento».
«Si todos estos proyectos surgen de la pluma de una misma persona sin haber consultado con expertos de cada sector es imposible que un ‘iluminado’ pueda conocer de todo. La cuestión es de tanta gravedad que alinea a todas las Cámaras y
sindicatos del sector, pero lamentablemente ni siquiera pueden plantear la queja al titular de la cartera de Pesca, porque el octavo complejo exportador del país todavía no tiene autoridades designadas», fustigó.
Contessi reconoció que «aunque no adhiera con todas las ideas del liberalismo, soy un ferviente defensor de la libre competencia y de la desregulación económica. Sin embargo esta reforma de la Ley de Pesca no tiene gollete, es meramente fiscalista pero de una forma boba que pone en riesgo inversiones, decenas de miles de puestos de trabajo y además le hará perder ingresos al país».
A continuación explicó los motivos:
-Licitar internacionalmente las cuotas de captura podría llegar a tener algo de lógica para una pesquería no desarrollada, sin historia. Supongamos que “aparece” un nuevo recurso excedentario como en su momento fue la vieira o la centolla y que no hubiera
inversiones realizadas, en ese marco sería aceptable una licitación internacional, pero nunca pondría como única condición a la mejor opción económica, sino que valoraría antes las inversiones comprometidas en el país, el empleo a generar, el mayor grado de procesamiento comprometido, el origen de los buques, etc. Pero licitar cuotas de
recursos que se vienen explotando desde los inicios de la pesca industrial como la
merluza, cuyas cuotas vencen en el 2024, tomando como único factor la mejor oferta económica es absurdo. Ese recurso, mantiene decenas de miles de puestos de trabajo. Ha generado millones de dólares de inversiones en buques y plantas. Ha permitido el desarrollo de mercados
exportadores y todo eso se pondría en riesgo.
Para Contessi este proyecto de modificación de la ley de pesca es una mala copia de la ley chilena. «Pero se la copió sin saber, porque en Chile solo se licitaron las pesquerías nuevas y de las industriales pre-existentes solo se licitó el 15% de las cuotas y luego de un renunciamiento que hizo el sector. Para aplicar este esquema en la Argentina antes habría que expropiar las actuales empresas y buques e indemnizar a todo el personal empleado, de otro modo sería
imposible».
«El error conceptual parte de considerar al sector pesquero como un sector meramente extractivo, bajo ese esquema es lógico pensar que quien más plata ofrezca tendrá derecho a pescar. Pero el sector pesquero es básicamente una industria alimenticia, con inversiones y
empleos genuinos que llevan décadas (más de 40.000 personas directas). Esta ley viene a licitar la materia prima de dicha industria y quien no cuente con los fondos suficientes deberá cerrar», subrayó.
Finalmente, Contessi sostuvo que «sigo pensando que hay que apoyar a todo gobierno que empieza, en especial si busca ordenar y sincerar la macroeconomía, pero también siempre dije que no iba a ser obsecuente y que
cuando encontrara un error lo plantearía, así lo estoy haciendo. Esto es UN GRAVÌSIMO ERROR».