Por: Roberto Garrone
En el mar argentino la caballa tiene presencia hasta los 45° de latitud Sur en plataforma intermedia aunque su distribución se ha ampliado hasta los 47°30´S. Junto con la anchoíta, representa uno de los principales recursos pelágicos para la flota pesquera nacional con una estructura poblacional de dos efectivos separados entre sí por el 39° de latitud sur.
Si bien los dos efectivos son explotados por la flota comercial, ambas áreas difieren en cuanto a la intensidad de esa explotación . “A diferencia de lo ocurrido en el 2018 cuando fue la flota de rada/ría marplatense la que operó mayoritariamente sobre el efectivo norteño, en el 2019 y 2020 la dinámica comercial de la pesca de caballa respondió al patrón histórico”, advirtieron investigadores que estudian el comportamiento de la especie.
Se trata de los investigadores Paula Orlando, David Garciarenay Claudio y German Buratti, quienes Integran del Programa de Pesquerías Pelágicas del INIDEP y elaboraron un informe técnico titulado “Explotación de caballa por la flota comercial argentina durante el 2020”.
El patrón histórico de explotación se resume en dos pulsos de extracción anuales, uno en invierno y el otro a fines de la primavera e inicio del verano”. Ese pulso invernal comenzó a desarrollarse por estos días a partir de la descarga de caballa de un par de barcos fresqueros de altura, los que intervienen en su captura a esta altura del año.
En tierra la caballa dinamiza la industria conservera, que luego de años de explendor en el siglo pasado, que llegó a contar hasta con una fábrica de hojalata entre las fábricas, ahora se resume en cinco empresas que emplean a unos 600 trabajadores efectivos más algunos temporarios y otros en cooperativas que ganan carga horaria regular en el proceso industrial en el que llega la caballa entera en cajones de 35 kilos y sale cocinada y dentro de una lata de 360 gramos, principalmente, con destino final hacia la góndola de los mercados mayoristas y minoristas.
El año pasado los desembarques de caballa alcanzaron las 13532 toneladas, de las cuales el 92% se obtuvo en la zona denominada como “El Rincón”, al sur del 39°S. En este efectivo los ejemplares fueron ejemplares de edad 2,3 y 4, con un tamaño entre 280 y 400 mm de longitud. Más chicos en tamaño y en edad que los ejemplares del efectivo norteño.
En este comienzo de zafra 2021 hubo un hecho distintito: el ingreso a la pesquería del “San Andrés Apostol”, un barco de más de 7 mil cajones que se codea con barcos de mucho menos poder de pesca. El cajonero de Cicollela prefiere pescar caballa antes que merluza porque la cuenta final no está signada por la facturación de la bodega sino por el menor costo de combustible que implica completarla con una y otra especie.
Para que se entienda, para pescar y vender merluza a 100 pesos más IVA, el barco debe navegar muchas más horas hacia el sur de la zona de veda de merluza, a la altura de Santa Cruz. La caballa que vende a unos pesos menos se captura frente al sur de la Provincia de Buenos Aires.
La mayoría de los cajones del San Andrés estaban encargados por Copeca, una de las conserveras del mercado. Desde la empresa aseguraban que el acuerdo establecía un precio de referencia de 80 pesos por kilo, aunque el armador aseguraba que tenía pedidos de compra por 95 pesos.
“Ojo que en el puerto no le dicen la verdad ni al médico”, graficaba otro industrial conservero que miraba con expectativas la evolución del precio para ver si podía comprar algunos cajones. Los primeros barcos que llegaron a puerto, el “Sueño Real” y el “Jupiter II”, unos 2 mil cajones cada uno, vendieron por 85 pesos el kilo.
Cuando se incremente la oferta con el aporte de nuevos barcos que armaron para caballa los industriales esperan que el pescado baje a los 70 pesos. Todas las conserveras demandan pescado fresco porque están sin stock en depósito. La pandemia tuvo muchas aristas. Una de ellas fue el aumento significativo del consumo de conservas de pescado.
«Los registros analizados correspondieron a 436 viajes de pesca realizados por 105 embarcaciones. El año anterior, en el 2019, habían sido 112 embarcaciones las que declararon pescar caballa», especifica el informe.
La mayoría de los ejemplares fueron adultos y los investigadores identificaron dos efectivos del recurso: el norteño, donde el 90% de los ejemplares estuvo comprendido entre los 310 y 410 mm de longitud total y grupo de edad 4 y 5, mientras que los del stock sureño prevalecieron individuos entre 280 y 400 mm de longitud total y ejemplares de edad 2, 3 y 4.
El número total de viajes de pesca con captura de caballa el año pasado fue similar a la del 2019. Sin embargo la cantidad de viajes discriminados por stock varió notablemente. Los realizados sobre el efectivo sureño aumentaron debido a la mayor participación de la flota costera en los desembarques de caballa. “Fueron 148 viajes en el efectivo norteño y 288 viajes en el sureño”, especifica el documento.
Por la pandemia no hubo posibilidades de realizar muestreos de desembarques que suele hacer el personal del INIDEP. “Los estudios del efectivo sureño se lograron gracias al aporte de las empresas de la industria conservera de Mar del Plata”, revela el informe
Los estudios sobre el efectivo norteño se lograron a partir de contar con un técnico embarcado que se encargó de tomar muestras a bordo y también desembarcó un cajón por viaje para ser analizado en el INIDEP.
Se estudiaron 44 muestras de las cuales 12 correspondieron al efectivo norteño y 32 del efectivo sureño, siendo estas últimas la mayor cantidad de muestras de esta población analizadas durante el año. También el personal científico técnico analizó muestras para determinar longitud, peso, sexo, edad y estado madurativo.
De la captura total de caballa el año pasado, 12454 toneladas correspondieron al efectivo sureño, la cifra más alta en el último lustro. Las del efectivo norteño fueron 1077, la menor cifra de los dos últimos años.
La caballa sureña se captura principalmente entre agosto y octubre. Es la flota fresquera de altura la que tuvo una mayor preponderancia en las descargas (6755 toneladas) seguida por los costeros (5280 toneladas) y los congeladores (419 toneladas) que también la pescan como pesca acompañante. El número de barcos fresqueros de altura y costero aumentó en relación al año pasado.
La caballa del stock norte se captura entre noviembre y diciembre y tiene mayor protagonismo la flota de rada/ría (1008 toneladas) frente a las costas de Mar del Plata. El precio de este pescado depende de lo que se haya desembarcado en los meses anteriores del efectivo del sur. El 2020 mostró menos desembarque porque hubo gran cantidad de días de mal tiempo y hubo menos barcos de la flota menor que operaron sobre el recurso.
En las conclusiones, los investigadores creen que el aumento en las descargas del efectivo sureño, parecidas a las del 2016, podría explicarse por el aumento del consumo de enlatados que provocó la pandemia y su confinamiento obligatorio.