María Eva Ayala se expresó en la Comisión de Educación del Concejo Deliberante, dónde se archivaron distintas iniciativas culturales, entre ellas el pedido de fortalecer la Orquesta Sinfónica Municipal. “Donde debería haber cultura, hay negocios”, sentenció.
«Nuestra Orquesta Sinfónica Municipal es la más antigua del país. Hoy tiene el 30% de su planta sin cubrir, sin difusión de sus conciertos ni presencia institucional. «Dicen que la promocionan, pero no hay ni un posteo en las redes oficiales, ni una sola fecha publicada. La están dejando morir en silencio. Está siendo destruida por goteo, en cualquier momento es un cuarteto, un trío o un dúo» sostuvo la concejal.
La representante de Acción Marplatense denunció con firmeza la creciente degradación, abandono y mercantilizacion burda de los organismos como la Orquesta o la Banda Sinfónica o los espacios concebidos y cultivados por la ciudad para que se expresen los hacedores de la cultura. Para impulsar las manifestaciones del arte, la música, la literatura, la pintura y también la ciencia. Los artistas marplatenses están abandonados como los espacios.
«Una ciudad sin cultura es una ciudad sin alma. Y con el alma de Mar del Plata no se negocia”, afirmó Ayala.
Desde Acción Marplatense alertan sobre un patrón de gestión que margina el derecho a la cultura y prioriza la rentabilidad burda e ilegítima. “Este gobierno no concibe la cultura como un derecho, sino como mercancía banal. Confunde cultura con el mero espectáculo, y pisotea los legados con increíble brutalidad. Donde debería haber educación, ponen consumo.”, sentenció la edil.
Ayala remarcó que Mar del Plata es mucho más que una postal de verano: “Tenemos una identidad rica, diversa, construida por generaciones de artistas, educadores, músicos y narradores populares. No vamos a permitir que ese patrimonio sea ignorado o reemplazado por propuestas superficiales que solo buscan el rédito económico sin sentido”.
Desde su banca, la concejal reafirmó el compromiso de Acción Marplatense con el acceso a la cultura como un derecho y con la defensa de las expresiones que forman parte del alma marplatense.