El gobierno de Javier Milei dio un paso más en su intención de comprar nuevos submarinos para la Armada Argentina y de esta manera recuperar una capacidad de operación que esta fuerza perdió tras la tragedia del ARA San Juan, en noviembre de 2017. El Ministerio de Defensa que conduce Luis Petri firmó con sus pares de Francia, una carta de intención para adquirir unidades Scorpene.

La firma de este documento con la empresa Naval Group es un paso importante aunque no definitivo en la adquisición de los submarinos. Una carta de intención significa que el país tiene la voluntad de avanzar en un eventual acuerdo, aunque no es vinculante; es decir, no hay compromiso de las partes a finalmente concretar la operación.

La empresa no es para nada sencilla ya que el país debe conseguir el financiamiento necesario para hacer frente a una operación de esta clase, que es multimillonaria en dólares. El submarino es una de las armas más caras del mundo, por su dificultad de construcción y los plazos de ejecución.

En septiembre pasado, en el Presupuesto 2025, la Casa Rosada realizó un pedido de endeudamiento por unos U$S 2.300 millones “para la recuperación de capacidad submarina”. El plazo mínimo de amortización es de tres años y quien tomaría el crédito es el Ministerio de Defensa.

“Son pedidos de autorización al Congreso para que durante el año próximo se puedan ir haciendo las operaciones más convenientes en términos financieros. No hay que sumar todo, porque se usa lo necesario”, explicaron desde el ministerio de Economía. El hecho de que hayan incluido el pedido de endeudamiento no quiere decir que efectivamente el gobierno de Milei concrete la medida, pero se trata de un paso administrativo que demuestra la intención de esta gestión de recuperar capacidades de las fuerzas armadas.

El Gobierno analiza la compra de dos submarinos Scorpene franceses que tienen un costo unitario de 500 millones de dólares. Son desarrollados por la empresa semipública Naval Group, de la que el Estado francés es propietario del 60 % del capital. Su construcción puede demorar hasta siete años e incluso no se descarta que el astillero argentino Tandanor participe del proceso.

Cómo es el submarino Scorpene

El submarino que genera interés en el Gobierno tiene una longitud de 72 metros, una profundidad de buceo de 300 metros y una autonomía de 78 días para realizar misiones a mar abierto. Puede trasladar hasta una tripulación de 31 marinos y tiene una carga útil, es decir, capacidad de ataque, de 18 torpedos y misiles. Esta clase de unidades fueron compradas por las Armadas de Brasil, China e Indonesia, entre otras. Se trata de una nave que tiene gran éxito de mercado en el mundo.

Además de submarinos, en el Presupuesto 2025 se detalla una planificación que incluye la posible incorporación de 83 ametralladoras pesadas para los regimientos de infantería mecanizados; 266 escopetas semiautomáticas; 120 fusiles de precisión; la modernización de 2080 fusiles de asalto y 120 lanzagranadas; la adquisición de tres drones para las Fuerzas Armadas, además de la incorporación de equipos complementarios para los aviones caza F-16 que Defensa le compró a Dinamarca y que tendrán asiento en la brigada aérea de Tandil.

Esta compra de material es tan solo una parte del extenso detalle que figura en el presupuesto en el apartado “adquisición de bienes y servicios con incidencia en ejercicios futuros”. Se planea pagar estas compras a lo largo de 2025, 2026 y 2027. El plan incluye la continuidad de la modernización de los tanques TAM, la renovación de otras aeronaves y helicópteros y la recuperación de 17 sistemas de artillería de 155mm. (con información de TN)


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