Buenos Aires, 28 de diciembre de 2025 – La Sociedad Argentina de Pediatría, ante la llegada de una ola de calor, insistió en sus recomendaciones para proteger a los niños. En un documento sobre los cuidados generales del verano, advierte que el agotamiento por calor es un estadio previo al golpe de calor. Y que es importante reconocerlo para prevenir una situación más grave.
Los síntomas son: sudoración excesiva; piel pálida y fresca; sensación de calor sofocante; sed intensa y sequedad en la boca; calambres musculares; agotamiento, cansancio o debilidad; dolores de estómago, inapetencia, náuseas o vómitos; dolores de cabeza y mareos o desmayos, entre otros.
¿Qué hacer ante una persona con agotamiento por calor? A los lactantes ofrecer el pecho o fórmula láctea con más frecuencia y en los más grandes ofrecer agua. Trasladarlo a un lugar fresco y ventilado, si es posible con aire acondicionado. Desvestirlo (exponer el cuerpo a un ambiente fresco). Mojar todo el cuerpo con agua fresca. Favorecer el reposo físico y el descanso y consultar a su pediatra o a un Centro de Salud.
Por otro lado, el golpe de calor es una situación grave donde la temperatura del cuerpo se eleva, pudiendo llegar hasta los 39°C – 40°C o más (medida con termómetro digital en la axila). Los síntomas son: Piel roja, caliente y seca (se agota la transpiración); respiración y frecuencia cardíaca acelerada; dolor de cabeza; alteración de la conciencia, aparición de vértigo, mareo, desorientación, delirios, confusión o pérdida de conocimiento y convulsiones.
¿Qué hacer ante un golpe de calor? La SAP recomienda acudir de manera inmediata al servicio de emergencias o al Centro de Salud más cercano; mientras, llevar al niño/a o adolescente a un lugar fresco y ventilado, si es posible con aire acondicionado en frío; quitarle la ropa y enfriarlo rápidamente, mojando con agua fría todo el cuerpo; y darle de beber agua fresca, si está consciente.
¿Quiénes son los más vulnerables?: los menores de 5 años, y más aún los menores de 1 año. Los niños con enfermedades crónicas como cardíacas, renales, neurológicas y otras. Los niños con fiebre por otra causa, o con vómitos y/o diarrea. Los niños que presentan malnutrición, ya sea por exceso o déficit de peso. Y los que tienen la piel quemada por el sol.
El agua segura es aquella que por su condición y tratamiento no contiene gérmenes ni sustancias tóxicas que puedan afectar la salud de las personas. El uso de agua segura ayuda a prevenir enfermedades diarreicas y el síndrome urémico hemolítico.
Para evitar la deshidratación, la Sociedad Argentina de Pediatría recomienda tomar más líquido del habitual (8 vasos de agua segura a diario); consumir agua con las comidas y evitar el consumo de bebidas azucaradas y alcohol.
Como medidas para prevenir el golpe de calor se aconseja la NO exposición en menores de 1 año y evitar la exposición en horas de más calor, entre las 10 y las 16 hs. También realizar actividad física en las horas de menos calor; utilizar ropa fresca, suelta, liviana y de colores claros; usar gorro o pañuelo para cubrir la cabeza; llevar siempre una botella de agua para hidratarse periódicamente sin esperar a tener sed; tomar abundante agua antes, durante y después del ejercicio y no utilizar otras bebidas para hidratarse. Los bebés menores de 6 meses que se alimentan exclusivamente con leche materna, deben tomar más seguido del pecho, no hace falta darles agua aparte, ya que eso puede ser perjudicial. Con la leche de su madre estarán ya bien hidratados.
Para cuidar además el medio ambiente, la SAP destaca la importancia de usar botellas reutilizables, elaboradas con materiales no tóxicos, aptos para transportar líquidos, que conserven su temperatura y de uso prolongado.
Por otro lado, se recomienda también estar atentos a la clasificación de los ALERTAS de colores que se suelen emitir por distintos medios de comunicación: ellos son VERDE-AMARILLO-ANARANJADO y ROJO, y los cuidados que implica cada uno de esos colores.
Para promover una alimentación segura y saludable, la SAP pone énfasis en que durante el verano, con las altas temperaturas, aumentan las probabilidades de padecer deshidratación y algunas enfermedades. Especialmente los bebés, niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas son más propensos a sufrir cuadros como intoxicaciones, diarreas y el síndrome urémico hemolítico (SUH). La advertencia incluye mantener la cadena de frío de los alimentos, utilizar agua segura de consumo y lavar las manos con frecuencia.
