Por: Roberto Garrone
El mejor regalo que Papá Noel le dejó Julio César Domínguez no apareció entre el rebaño de cabras y ovejas que integraban el pesebre, ni al lado de una de las guirnaldas que decoraban las ramas del arbolito.
El obsequio que le devolvió el alma al cuerpo del “Chepe” tomó forma de Resolución 741 de la Secretaría de Pesca de Chubut. Andrés Arbeletche imitó el modelo instaurado por el mismísimo Gobernador, ese de decidir una cosa y hacer lo contrario en un breve espacio temporal, y determinó devolverle el permiso de pesca artesanal que le había quitado de manera arbitraria e injustificada apenas 40 días atrás.
El despojo había ocurrido en esos días convulsionados, cuando la novela por los inquilinos de los bienes de la ex Alpesca estaba al rojo vivo y había que compensar a Profand por quitarla de escena para que regresara Red Chamber, los incumplidores seriales, apenas 45 días después de haber firmado un contrato de locación por 20 años…
A juzgar por los acontecimientos, el registro fílmico de Ignacio Torres y Andrés Meiszner solicitando 6,5 millones de dólares de coima a Marcelo Mou en uno de los salones del Alvear Aicon dejaba de ser un rumor para convertirse en una certeza de la que no se tienen pruebas ni dudas en Chubut.
En aquellos días locos surgió la brillante idea de despojar a Domínguez de su permiso adosado al “Carlillo” y entregárselo en bandeja a la empresa española como parte de un acuerdo que todavía no está cerrado e incluye 5 mil toneladas de cuota de merluza hubbsi y la condonación de 700 mil dólares por uno de los nuevos permisos entregados bajo la gestión Torres.
Recordemos un par de coordenadas… el buque del “Chepe” se había hundido a mitad de temporada y si bien no hubo que lamentar víctimas fatales el hecho dejó al descubierto la presencia de un polizón a bordo y demás irregularidades.
Pero ninguno de los motivos expuestos por la autoridad de aplicación provincial ameritaban la pérdida del permiso. Solo la necesidad de la Provincia de quedar bien con Profand para maquillar su salida sin juicios ni reclamos.
Ni el polizón a bordo, ni tener trabajadores en negro, ni multas por pescar fuera del área permitida o no justificar la inactividad por más de 180 días cuando solo pesca langostino en temporada. La quita del permiso había convertido a Arbeletche, que hasta ahí era una víctima más de las desprolijidades del Gobernador y el Fiscal de Estado, en victimario.

En los días posteriores pasaron cosas… Domínguez estaba tan aturdido por el despojo que imaginó una maniobra de Gustavo González, presidente de la CaFACH para quedarse con su permiso. Por eso en las primeras declaraciones a Radio Chubut pidió la intervención de Nacho Torres. Pura ingenuidad…
Con el correr de los días el pescador abrió más los ojos y cerró la boca. Se adentró en la vía administrativa y presentó recursos para recuperar algo que parecía imposible. Casi en simultáneo, para dilatar los tiempos que lo ayudaran a permanecer en el cargo (supuestamente presentaba la renuncia cuando dejaba ordenada la salida de Profand), el Secretario de Pesca emitió decenas de oficios a distintas reparticiones con la intención de acceder a más pruebas sobre el caso “Carlillo”.
Pero lo que salvó a Domínguez y le regaló una Navidad feliz no fue por decisión de Arbeletche sino de la propia empresa española. Dejada en evidencia la grosera maniobra compensatoria, en Profand siempre hizo ruido la desprolijidad con que la Provincia pretendía arreglar las cosas. Pretendía algo casi imposible en la administración Torres: transparencia.
Hasta ya tenían pensado asignarle el permiso del “Carlillo” a la empresa “Don Conrado SRL”, la firma armadora del pesquero “Don Oscar”, al que Profand dejó inactivo cuando compró el “Santorini”. No le entregaban el permiso directamente a ellos, apenas a una firma de distancia. Comparado a todo lo que hizo Nacho y Meiszner con Mou y Red Chamber, una travesura de primaria.
Avisado el Gobernador del rechazo de Profand a recibir un permiso de pesca artesanal hurtado a un pescador, cuyo único sustento familiar era esa licencia, hubo que “recalcular” en el GPS y devolvérselo. Para eso, cual mago, hubo que extraer nuevos conejos de la galera, una especialidad que Arbeletche perfeccionó durante el último conflicto de marineros del SOMU en Chubut.
De bien al fondo del hueco negro encontraron una “solución restaurativa” del conflicto penal que alcanzó Fernando Gelvez y Rubén Raúl Alvarenga y que permitió archivar la causa que habían iniciado la Secretaría de Pesca en su denuncia tras el hundimiento del barco artesanal.
¿Y estos quiénes son? Bien puede preguntarse, estimado lector a esta altura de la historia…
Gelvez es el Fiscal Federal a cargo de la sede Fiscal descentralizada de Rawson. Alvarenga era el capitán del buque “Carlillo”. La Fiscalía había determinado que la conducta del capitán se enmarcó provisoriamente en el delito contemplado en el Art. 196 del Código Penal.
En dicho artículo se reprime con prisión de seis meses a tres años el que por imprudencia o negligencia o por impericia en su arte o profesión o por inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, causare un descarrilamiento, naufragio u otro accidente.
“Una vez notificado de la imputación a través de la defensa pública oficial, el imputado ofreció una donación a la Asociación Civil Cooperadora del Hospital Zonal de Rawson, en la suma de 2 millones de pesos. Cumplido el compromiso se archivó la causa, archivo que fue confirmado el 6 de mayo por el Fiscal Revisor del Distrito”, da cuenta el propio Gelvez en la nota enviada a Arbeletche el pasado 16 de diciembre.
“No podíamos sancionarlo dos veces por el mismo delito”, se justificaban al cierre de esta semana allegados al Secretario de Pesca para validar la marcha tras en el caso y devolver el permiso a su propietario original.
En realidad Domínguez pudo ser sancionado por tener trabajadores no registrados, por llevar un tripulante no declarado en el rol de embarque, por pescar fuera de su jurisdicción y hasta por traer más cajones de los autorizados.
Otro día vemos cuántos otros barcos han sido sancionados por este último motivo. Este inicio de zafra 25/26 expuso un paisaje anárquico en el muelle con la ausencia absoluta del control de peso en los cajones. Mucho menos la cantidad que llevan en bodega.
No todo está perdido… otra de las infracciones que fue moda esta temporada parece que será sancionada… Desde la Dirección Nacional de Coordinación y Fiscalización ya tienen identificados una docena de embarcaciones que saltaron la pared de las 12 millas.
Volvamos a Gelvez… Lo que el fiscal resolvió fue la causa penal, no laboral, impositiva ni el régimen de seguridad a bordo con la alteración del manual de carga. El hecho deja en evidencia que cuando hay una decisión política superior, la estructura administrativa fuerza decisiones que son más compatibles con los deseos del Gobernador que con la legislación vigente.
Y no deja de ser curioso que el Secretario de Pesca no haya sido notificado de la decisión de la fiscalía en mayo pasado, cuando era su propia dependencia la que había elevado la denuncia tras el naufragio.
De haber sido así seguro que Andrés Arbeletche no firmaba la Resolución 690 que le quitó el permiso al “Chepe” Domínguez… Hoy es domingo, 28 de diciembre – Feliz día de los inocentes
Buen domingo
PD: Nos reencontramos el 11 de enero. Feliz año
