Por Marcelo Pérez Peláez
Desde las canchas de Mar del Plata hasta los estadios del fútbol europeo, la historia de Cristian Barrionuevo es la de un marplatense que se animó a cruzar el océano, primero como gastronómico y luego como referente del fútbol femenino. Hoy, con licencia PRO de CONMEBOL y una trayectoria en Inglaterra y Suecia, dirige equipos de alto nivel y defiende con orgullo el talento del fútbol argentino.
Su viaje comenzó en el año 2000, cuando dejó la ciudad para trabajar en un restaurante argentino en Londres. “Yo era encargado de Bahía Playa Chica y uno de mis clientes, que tenía un restaurante allá, todos los años me decía ‘venite, venite’. Un día lo vi en la tele hablando como empresario y dije: ‘bueno, es en serio’”, recuerda entre risas.
El salto empresarial llegó en 2006, cuando junto a su esposa abrió “Los Marplatenses” en España. Un año más tarde, en Londres, nació Buenos Aires Steak House, que en pocos años se convirtió en una cadena con múltiples sucursales. “Siempre lo hicimos nosotros, sin inversores. Preferimos mantener la esencia y el control de lo que construimos”, afirma. Tras vender el grupo en 2015, se instaló en Gotemburgo, Suecia, donde volvió a apostar por la gastronomía, pero con un objetivo claro: dedicarle más tiempo al fútbol.
Su vínculo con la pelota viene de chico, jugando en su querido Deportivo Norte de Mar del Plata. En 2018 inició su formación como entrenador en Inglaterra y luego completó el prestigioso curso de César Luis Menotti, con tres años de práctica y un promedio de 8. “Siempre fui creciendo. El año pasado tomé un equipo en División 3 y lo saqué campeón. Este año subimos a División 2 y ahora estoy en un club de División 1, un paso antes de la élite sueca”, relata.
Barrionuevo se ha especializado en el fútbol femenino, dirigiendo en una de las ligas más competitivas del mundo. “Suecia es cuna del fútbol femenino, las chicas juegan hace 70 u 80 años. El nivel es equivalente al de la Primera de AFA en Argentina”, explica. Y agrega: “El femenino argentino está creciendo muy bien. Seguramente en el próximo mundial va a clasificar y va a hacer un papel mucho mejor que el anterior. Y en el siguiente, no tengo dudas de que va a estar entre las cuatro mejores. Este es el momento de meterse; después va a haber más competencia y negocio, como pasa en el masculino”.
Con la experiencia de seis años en Suecia, sueña con aportar en su país. “Me gustaría entrenar un año en Argentina. Lo mío es ganar experiencia y nombre. Lo que pasa es que a veces se asustan de traer a alguien de afuera. Pero el argentino es distinto: tenemos pasión, un plan B siempre, sabemos improvisar. Eso no se aprende en ningún curso”, asegura.
Hoy, mientras consolida su carrera en Europa, se vinculó a proyectos como Alquezar Sport Management, que lo vincula a abrir nuevas oportunidades. “En el femenino todavía está todo por hacer. Eso es lo que me gusta. Hay futuro y Argentina tiene con qué competir”.
Cristian Barrionuevo es, en definitiva, un marplatense que no olvida sus raíces y que, entre gambetas y estrategias, sigue apostando por el potencial del fútbol argentino