En una festiva celebración, la diócesis de Mar del Plata recibió este sábado 22 de febrero a quien desde ahora es su nuevo Obispo: Monseñor Ernesto Giobando s.j., nombrado por el papa Francisco como Obispo Diocesano de Mar del Plata el pasado 12 de diciembre.

Giobando llegó pasadas las 10 a la Iglesia Catedral acompañado por jóvenes de las distintas comunidades que lo acompañaron durante el breve trayecto que separa la Capilla Santa Cecilia -Iglesia fundacional de la ciudad de Mar del Plata- de la Iglesia Catedral.

Allí, donde lo esperaba una multitud de fieles, fue recibido formalmente por el padre Ezequiel Kseim, párroco de la Catedral, quien le ofreció un crucifijo para besar y el agua bendita para asperjar al pueblo, tal como se prevé en los ritos de recepción de un nuevo Obispo. Luego, tras rezar un momento ante el Santísimo Sacramento, dio inicio la Santa Misa en la que tomó posesión de su nuevo oficio pastoral.

Autoridades civiles y eclesiásticas

Se encontraban presentes el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, quien estuvo acompañado por el Ministro de Gobierno, Carlos Bianco y la Jefa de Asesores, Cristina Álvarez Rodriguez. Asistieron también los intendentes Guillermo Montenegro (Gral. Pueyrredon), Sebastián Ianantuony (Gral. Alvarado) Walter Wischnivetzky (Mar Chiquita) y Marcos Jovanivic (intendente interino de Gral. Madariaga).

Asimismo el secretario de Culto de la Nación, Nahuel Sotelo y el subsecretario Agustín Caulo); el de la provincia, Juan Torreiro; el senador nacional Maximiliano Abad, y legisladores y funcionarios provinciales y municipales formaron también parte de las autoridades que se hicieron presentes junto a representantes del ámbito académico, sindical, empresarial, del cuerpo consular y de las Fuerzas Armadas y de Seguridad.

La celebración Eucarística fue concelebrada por numerosos sacerdotes y obispos entre los que se destacaban el Nuncio Apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk, los Arzobispos cardenal Angel Sixto Rossi (Córdoba), cardenal Mario Poli (emérito de Buenos Aires), monseñor Jorge García Cuerva (Buenos Aires); monseñor Juan Alberto Puiggari (Paraná) y de Bahía Blanca, monseñor Carlos Aspiroz Costa. También se encontraban presentes los Obispos monseñor Antonio Marino (emérito de Mar del Plata), monseñor Darío Quintana (Cafayate), monseñor Damián Nannini (San Miguel), monseñor Jorge Lugones (Lomas de Zamora), monseñor Ariel Torrado Mosconi (9 de Julio), monseñor Hugo Salaberry (Azul), monseñor Juan Ignacio Liébana (Chascomús), monseñor Raúl Martín (Santa Rosa), monseñor Oscar Ojea (emérito de San Isidro), monseñor Luis Stockler (emérito de Quilmes), monseñor Oscar Sarlinga (emérito de Zárate-Campana), monseñor Alejandro Giorgi (auxiliar de Buenos Aires), monseñor Iván Dornelles (auxiliar de Buenos Aires), monseñor Pedro Cannavó (auxiliar de Buenos Aires), monseñor Alejandro Pardo (auxiliar de Buenos Aires), monseñor Raúl Pizarro (auxiliar de San Isidro), monseñor Alberto Bochatey (auxiliar de La Plata), monseñor Jorge González (auxiliar de La Plata), monseñor Federico Wechsung (auxiliar de La Plata) monseñor Pedro Fournau (auxiliar de Bahía Blanca), monseñor Luis Martín (auxiliar de Santa Rosa).

Bula Papal y toma de posesión de la cátedra episcopal

Ya iniciada la Misa, monseñor Gustavo Carrara solicitó la lectura de la Bula del papa Francisco por la que designó a Giobando al frente de la diócesis de Mar del Plata, la cual fue acercada por el padre Román Bustinza. Seguidamente el canciller del Obispado y párroco de la Catedral, padre Ezequiel Kseim, dio lectura al documento pontificio en el que Francisco expresa: “con el corazón encendido por la nostalgia de nuestra patria celestial, elevamos nuestra mirada a la ciudad feliz, ese puerto bendito donde son acogidas las almas de los discípulos de Cristo” y seguidamente dispone “te relevamos de tus responsabilidades en la Sede precedente y del ministerio de Auxiliar, y te nombramos Obispo de Mar del Plata, otorgándote todos los derechos y deberes jurídicos conforme a las leyes del Código de Derecho Canónico.”

Tras la lectura de la Bula Papal monseñor Carrara le entregó a monseñor Giobando el báculo pastoral y lo invitó a sentarse en su cátedra, símbolo de la autoridad episcopal y lugar desde el cual el Obispo enseña el Evangelio, preside las celebraciones litúrgicas y anima la pastoral de la Iglesia particular que se le ha confiado.

El mensaje de Giobando

En la homilía, el flamante Obispo de Mar del Plata manifestó que “hace un poco más de un año, precisamente trece meses, llegué a esta diócesis de Mar del Plata como Administrador Apostólico por pedido de la Santa Sede, y hoy, en la fiesta de la Cátedra de San Pedro asumo como Obispo y Pastor de esta iglesia particular.”

“Los invito, como dije en mis primeras homilías en esta iglesia Catedral, a que contemplemos los dos relieves del altar mayor: a la derecha de ustedes podemos ver la escena de la tempestad calmada, confiemos que aún en medio de las tormentas el Señor siempre está, y que de toda crisis salimos mejores o peores, pero no iguales. ¡Cuántas veces pasamos por tiempos de tormentas o tempestades! Vivimos en un puerto donde los pescadores saben los peligros y las dificultades de adentrarse en un mar que impone respeto. Superamos las tempestades confiando en el Señor, aún a pesar de nuestra poca fe”, explicó.

Y prosiguió “el otro relieve, a la izquierda, es el de la pesca milagrosa. Durante todo este año pensé y recé frente a este mar inmenso, en un lugar que me tenía reservado el Señor, escrutaba el horizonte y miraba las orillas, esperando que el Señor me dijera y nos dijera como rebaño suyo y como Pueblo de Dios: “Naveguen mar adentro y echen las redes”. Así lo hicieron en aquella mañana, en el mar de Tiberíades, confiando en su palabra, subieron a la barca de Pedro y echaron las redes y fue tal la cantidad de peces que sacaron, que pidieron ayuda a otras barcas. Pedro se postra a los pies del Señor y reconoce que es un pecador, pero allí escucha las palabras que marcarán para siempre su misión: “serás pescador de hombres”. Así hoy también queremos ir mar adentro, echar nuevamente las redes y pescar a muchos, a quienes tienen deseos de creer y hacer de este mundo una casa común, un mundo más justo y solidario.”

Seguidamente destacó que “la Cátedra de Pedro es la silla donde se sienta el Papa y en comunión con él es la silla donde se sienta el Obispo, precisamente ubicada aquí debajo de estos dos relieves. La barca y la cátedra de Pedro no serían más que unas cuantas maderas si el Señor no estuviera junto a Pedro y junto a nosotros. Subamos a esa barca “cum Petro et sub Petro”, con Pedro y bajo Pedro. Nadie está obligado a subir, pero los que quieran hacerlo, una vez arriba hay que remar juntos, trabajar juntos, rezar juntos, confiar juntos, sufrir y alegrarnos juntos y que podamos dar una mano al que se hunde, como la escultura que vemos cuando llegamos a Mar del Plata (en la rotonda de Luro y Champagnat).”

“La Iglesia, hoy pastoreada por el Papa Francisco, me confía el timón de esta comunidad, en una barca que no es mía, ni las redes son mías, ni esta cátedra es mía. Como los talentos confiados, como las ovejas de este rebaño, como los sacerdotes, diáconos y seminaristas, como las consagradas y consagrados, como los docentes, alumnos y familias de nuestros colegios, como las parroquias y movimientos: no son míos, no los puedo poseer y manejar a mi arbitrio, no son míos, yo soy de ustedes y juntos somos servidores de Dios”, afirmó Giobando.

Finalmente, pidió que “María Santísima nos lleve de su mano, que San Pedro y Santa Cecilia intercedan por nosotros, que Santa Mama Antula y el Santo Cura Brochero nos ayuden a fomentar los Ejercicios Espirituales y que juntos podamos peregrinar con una renovada esperanza.”


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