Buenos Aires, 11 de febrero de 2025 – En el marco del Día de los Enamorados, la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) aprovechó para concientizar sobre una afección cardíaca que, aunque su nombre suene poético, puede tener serias implicancias en la salud: el «Síndrome del Corazón Roto». También conocido como ‘miocardiopatía de Takotsubo’ o miocardiopatía inducida por estrés, este síndrome consiste en una disfunción transitoria del ventrículo izquierdo que imita los síntomas de un infarto de miocardio, pero sin la presencia de obstrucciones en las arterias coronarias.
Este cuadro suele desencadenarse por un episodio de estrés emocional o físico intenso tales como la pérdida de un ser querido, una ruptura amorosa, un diagnóstico médico grave, un divorcio o eventos catastróficos como terremotos o accidentes.
“El amor y el desamor afectan el corazón en más de un sentido. En cerca del 90% de los casos, las personas afectadas son mujeres, particularmente aquellas en edad posmenopáusica, porque se cree que los estrógenos juegan un papel protector frente a los efectos de la adrenalina, cuyos niveles se disparan en situaciones de estrés intenso, afectando la función cardíaca”, sostuvo la Dra. Lucia Kazelian, médica cardióloga, Directora del Área Corazón y Mujer de la SAC.
Este síndrome suele tener una evolución favorable, con una recuperación completa en 3 a 6 meses, aunque algunas investigaciones sugieren que no es tan inofensivo como se pensaba, ya que puede generar complicaciones graves y una mortalidad similar a la del infarto.
Tal como explicó la Dra. Carolina Salvatori, asesora del Consejo de Cardiología Clínica de la SAC, “los signos y síntomas pueden incluir dolor torácico, dificultad para respirar, fatiga y cambios electrocardiográficos similares a los de un infarto de miocardio, lo que hace necesario realizar estudios como análisis de sangre, electrocardiograma, ecocardiograma y cateterismo cardíaco para establecer el diagnóstico correcto”.
La Dra. Salvatori aclaró que «si bien tradicionalmente se han asociado los problemas cardiovasculares con factores como el colesterol o la hipertensión, un shock emocional puede llevar al corazón a una situación de extrema vulnerabilidad, por lo que el estrés emocional también juega un papel fundamental”.
En el mismo sentido, la Dra. Kazelian subrayó que «es necesario que las personas tomen conciencia de la relación entre sus emociones y la salud cardiovascular. Aprender a gestionar el estrés es clave para prevenir esta y otras afecciones del corazón». Para el manejo del estrés, desde SAC recomiendan meditación, yoga o terapia psicológica, entre otras medidas, lo que cada persona encuentre que le ayuda a gestionar manejar sus emociones.
Más allá de la metáfora
Tanto el amor romántico como el apoyo social en general pueden actuar como factores protectores frente a diversas enfermedades del corazón. El Dr. Omar Prieto, Secretario científico del Área Corazón y Mujer de la SAC, exdirector y actual asesor del consejo de Aspectos Psicosociales de la SAC, refirió que “múltiples investigaciones han evidenciado que las personas con relaciones estables y satisfactorias presentan menores niveles de cortisol, la principal hormona del estrés, lo que contribuye a una menor reactividad cardiovascular y una reducción en la presión arterial, disminuyendo así el riesgo de hipertensión y eventos cardíacos”.
Un metaanálisis que analizó datos de 148 estudios con más de 300.000 participantes concluyó que el apoyo social reduce a la mitad el riesgo de mortalidad, un beneficio comparable al de dejar de fumar o mantener una actividad física regular, lo que resalta la importancia del entorno emocional en la longevidad y la salud del sistema cardiovascular.
También se ha demostrado que el amor y el afecto tienen impacto a través de la liberación de oxitocina, una neurohormona con propiedades vasodilatadoras y antiinflamatorias que protege contra la disfunción endotelial y la aterosclerosis.
Adicionalmente, puntualizó el Dr. Prieto, las relaciones afectivas “promueven hábitos de vida más saludables, ya que las personas con una red de apoyo emocional tienen mayor adherencia a tratamientos médicos, realizan más actividad física y presentan menor incidencia de tabaquismo y consumo excesivo de alcohol, factores ampliamente relacionados con la prevención cardiovascular”.
“La ciencia nos recuerda que el amor, más allá de ser una experiencia subjetiva y emocional, tiene efectos tangibles sobre la salud del corazón, actuando como un modulador del estrés, un regulador de la inflamación y un promotor de conductas cardiosaludables”, concluyeron desde la SAC.