Con la entrega de ejemplares arbóreos en la Sociedad de Vecinos de Sierra de los Padres y en el marco del Día del Árbol, el Municipio -a través del EMSUR- dio inicio al Programa Adoptá un Árbol.
Así, mediante inscripción previa, los vecinos se comprometen a adoptar un ejemplar forestal, a plantarlo en su vereda y a asegurar sus cuidados. La iniciativa forma parte del Plan Forestar y contribuye a garantizar la eficacia de las plantaciones en el tiempo así como incrementar el bosque urbano.
“Queremos motivar a los vecinos a que nos ayuden a incrementar la masa forestal en todos los barrios de la ciudad, con los beneficios ambientales que sabemos que tienen, adoptando un árbol de forma gratuita”, destacó Santiago Bonifatti, presidente del EMSUR, a cambio, continuó, “se comprometen, mediante un certificado, a cuidarlos para fortalecer su crecimiento y garantizar la supervivencia de los mismos”.
“Nos interesa que el protagonismo sea de los vecinos, que serán los responsables de plantar sus propios árboles de vereda, que a veces por diversos motivos faltan, se han retirado por obras o ya eran viejos y es necesario que sean reemplazados”, sostuvo el funcionario.
“Creemos que la participación ciudadana es fundamental para la mejora de nuestro entorno inmediato”, expresó Marcelo Ragonese, director de Gestión Ambiental municipal: “así como el Plan Forestar, desde sus comienzos estuvo orientado a forestar y reforestar nuestra ciudad en plazas y espacios públicos verdes, esta segunda etapa va más allá y apela al compromiso del vecino a cuidar de su propio ejemplar, que contará con una asistencia y monitoreo desde nuestra Dirección”, añadió el especialista.
En este sentido, es importante señalar que el adoptante deberá tener el espacio suficiente para plantar el árbol en su frente de vereda, no en el interior de la vivienda o terreno, y no podrá solicitar más de un ejemplar. Asimismo, se les solicitará el envío de una foto junto al árbol adoptado en el momento de la plantación y la misma al año siguiente para supervisar la supervivencia del mismo.
En tanto, a través de un código QR que se encuentra en el certificado, el adoptante podrá tener acceso a la información necesaria para cuidar de su ejemplar y a datos generales del Programa.
Metodología del Programa
El Vivero Forestal El Tala abastecerá el Programa a través de un fondo de árboles con el que cuenta, para reposición o futuras plantaciones.
Los interesados deberán anotarse en bit.ly/adoptaunarbol24 : por este medio se creará una solicitud de adopción en formato digital en la que se especificarán datos acerca de la ubicación de la plantación y diferentes características del sitio. Una vez aprobada, se realizará la entrega del ejemplar, tras la firma compromiso de un Certificado de Adopción y se creará un listado para su seguimiento.
Especialistas del EMSUR definirán la especie adecuada, basándose en las características del sitio donde será colocado, como ser: ancho de vereda, clima preponderante, tipo de suelo, interferencias, etcétera.
En los Barrios Reserva Forestal se fomentará la plantación de especies nativas de Argentina, mientras que en el resto de la ciudad se elegirán las especies que mejor se adaptan al medio.
Beneficios de plantar un árbol
Con cada ejemplar adoptado se mejorará la biodiversidad permitiendo la continuidad biológica y generando armonía entre el entorno natural y urbano.
Desde un enfoque ambiental, la plantación de un árbol permite mitigar las temperaturas extremas, generar oxígeno y consumir dióxido de carbono a través del proceso de la fotosíntesis, además de absorber y disminuir la reverberación térmica de los materiales, entre otros beneficios. Además, facilita la generación de pequeñas corrientes de convección que renuevan el aire urbano y fija partículas reduciendo los niveles de polvo y agentes contaminantes. Sus hojas proporcionan una excelente pantalla acústica y sus raíces impiden la erosión del suelo reduciendo la pérdida de agua.
La masa forestal acerca el medio natural a la realidad urbana, crea sensaciones de bienestar y de relajación, favorece la privacidad y adquiere, en muchos casos, un valor simbólico.