Por: Roberto Garrone
“Nos va a salir más barato encarar una campaña de marketing para lograr una diferenciación con el vannamei de modo de lograr un mejor precio en el mercado, que hacerles entender los cambios en los hábitos de consumo a los dirigentes de los gremios marítimos en Argentina”.
La reflexión, mitad en serio mitad en broma, correspondía a uno de los industriales que esta semana participó de la Seafoof Expo Global que reunió a una buena síntesis de la pesca argentina en los pabellones de la Fira Barcelona, sin la presencia del Subsecretario de Pesca.
López Cazorla, con tino, se bajó a último momento. Lo debe haber desalentado, no lo poco que tenía para mostrar de gestión, sino que la lista de empresarios que querían tener sus 5 minutos a solas era más larga que los barcos todavía inactivos en el puerto marplatense.
“En un escenario de competencia absolutamente global, además, es necesario rascar rentabilidad de donde sea posible, y por eso la comercialización de producto del mar como una commodity cualquiera, al peso y sin valor añadido, no es una opción”, señala Lara Graña en su informe sobre la feria, publicado en El Faro de Vigo
La feria sirvió para reafirmar lo que se vislumbra desde la salida de la pandemia. Los cambios en los hábitos de consumo, porciones más pequeñas a las cajas de dos kilos que ofrece la flota congeladora arrastrera casi desde los inicios de la pesquería.
Y sobre todo la invasión del camarón de cultivo, ya no solo aportado por potencias mundiales como Ecuador y la India, sino por países asiáticos que ni siquiera se tenía noticias de su vinculación con la industria.
Ante la falta de una mejor comunicación, acciones de marketing y un proceso de certificación que recién ahora, después de varios años parece tener la línea de meta a la vista, al langostino salvaje y austral no le quedó más remedio que competir con el vannamei ajustando el precio.
Algunos directivos de empresas importantes de Patagonia volvieron preocupados de Barcelona. España compró 4200 toneladas en este primer trimestre de langostino entero, bastante más que en el primer trimestre del año pasado pero los precios no levantan y se mantienen levemente por encima de los 5 mil dólares.
La próxima zafra de langostino en nación dibuja grandes signos de interrogación y no sólo por los desencuentros que hoy se mantienen vigentes en el cierre de la paritaria tanto en la flota costera de Rawson como en la fresquera de altura de Mar del Plata.
Lo que hoy el mercado sigue necesitando es un langostino L1, justamente el que ya se vendió en estos meses y lo que esta pescando la flota que pesca al norte de la zona de veda. La zafra de aguas nacionales no suele comenzar con esos tamaños y ya muchos sacan cuentas.
Un ejecutivo que procesa entre 6 y 7 mil cajones por día en plena temporada reconocía esta semana en el stand argentino de la Feria que no podran comprar a un precio superior a 1,70 dólares el kilo para intentar no perder plata. El año pasado pagaron por arriba de los 2,50 con parte a valor dólar blue y el mercado se redujo fuerte en este primer trimestre: 7 mil toneladas menos exportadas.
“Quedé entre sorprendido y bajoneado por todo lo que podríamos hacer y no hacemos”, confesaba Andrés Arbeletche. El Secretario de Pesca de Chubut fue el único funcionario en participar de la Expo y viene de vivir en carne propia la crisis de competitividad que atraviesa el negocio con una zafra provincial caótica.
Sumar valor en tierra para los productos de la pesca argentina, como dice Graña, es impensado en el modelo libertario que pisa el dólar mientras deja que fluyan los costos de producción en pesos.
Combustible, insumos, víveres, servicios portuarios y de estiba, reparaciones. La misma inflación en dólares del gobierno anterior pero con un costo de vida mucho más elevado que legitima las demandas salariales por parte de los trabajadores.
En Mar del Plata también sacan cuentas y así como algunos armadores fresqueros esperan ver si les permiten las 72 horas efectivas de pesca, hay varios otros que tienen decidido no subir tangones a bordo. Aseguran que opciones les sobran: merluza, calamar y hasta caballa ofrecen alternativas con menos incertidumbre y la tranquilidad de tener el barco cerca.
Por ahora Juan Antonio dice que esta semana arranca el Consejo Federal Pesquero pero le quedan dos días hábiles para que aparezca en el Boletín Oficial la designación de Juan Pazo y Martin Fernández, los enviados de Caputo por el Poder Ejecutivo.
Al menos se conoció que Alejandro Bonicatto será quien reemplace a Julián Suárez como director Nacional de Coordinación y Fiscalización Pesquera. Hay que remontarse al 2004 para detectar el paso del letrado multisectorial en la función pública vinculada a la industria pesquera.
Es difícil no relacionar al nuevo funcionario con los intereses de CEPA. El decreto 873/04 que lleva la firma del entonces gobernador, Felipe Solá, lo nombra como asesor con carácter de Director Provincial del subsecretario de Actividades Pesqueras, Oscar Fortunato.
En el mismo Decreto, con idéntico rango y función de Bonicatto aparece Lisandro Belarmini. Consultado si lo había propuesto ante el nuevo Subsecretario, aclaró que solo le habían pedido referencias.
Bonicatto no quiso responder sobre cómo había llegado a ser asesor de Fortunato. Tampoco si seguía formando parte de las fuerzas de seguridad, algo que no figura entre sus antecedentes de Linkedin. Es que en el Decreto de designación del 2004 se aclara que “reserva su cargo de revista: Cabo 1° del agrupamiento Servicios en la Jefatura Departamental de La Plata».
Buen domingo