Catequistas de la diócesis colmaron el salón de actos del Colegio Jesús Obrero, de Mar del Plata, donde participaron del retiro organizado por el Secretariado de Catequesis Renovada.
Con el lema “Señor, enséñanos a orar” los casi trescientos catequistas compartieron toda la jornada. Por la mañana tuvo el formato de un encuentro de catequesis, partiendo de la propia vida, se propuso hacer un “test de oración”, que se realizó en grupos, y luego hubo una iluminación acerca de la oración, a cargo de la directora del Secretariado, Vicky Cabral, para cerrar luego ese momento, con la adoración eucarística.
El administrador apostólico, monseñor Ernesto Giobando sj., participó del encuentro y mantuvo su primer acercamiento con los catequistas de la diócesis. Antes del almuerzo, y como cierre del retiro, presidió la Eucaristía, concelebrada por los sacerdotes Ezequiel Kseim, Juan Andrés Rosso y Mario Fregenal fdp.
En el marco de la actividad, también se presentaron las “Orientaciones para la Catequesis de Comunión” que el Secretariado estuvo trabajando, a la luz del Sínodo Diocesano.
Testimonio de monseñor Giobando
En su homilía, monseñor Giobando comenzó exhortando a todos a recordar su vocación de catequistas: “Seguro que todos nosotros podemos dar testimonio de nuestra vocación de catequistas como una gracia que el Señor nos dio en algún momento de la vida”, y compartió su experiencia al contar “a los 15 años hice los Ejercicios Espirituales y ahí hubo un vuelco en mi vida, una conversión. Después de esos Ejercicios le dije al jesuita que me acompañaba que tenía ganas de hacer algo por los demás: ‘tengo ganas de dar catequesis’. Fui a la Parroquia de Guadalupe en Santa Fe y hablé con el párroco y le dije ‘vengo para dar catequesis’ y me dice ‘hay un grupo que ha tomado la comunión, tomá un pasaje del Evangelio de Lucas y comentáselo’. Yo lo preparaba antes, le preguntaba a mis padres que no entendía -gracias a Dios tuve dos papas muy fuertes en la fe- y ahí empecé dando catequesis.”
“Y siempre la catequesis fue algo particular en mi vida. Siempre me gustó dar catequesis sobre todo a los niños y preadolescentes. Es como un espacio único. ¡Qué privilegio poder enseñar la catequesis a los niños, poder anunciarles la fe!”, prosiguió.