Por: Roberto Garrone
Trelew, Puerto Madry, Rawson, en todas las ciudades de Chubut florecen plantas clandestinas donde se procesa langostino fresco que riega la flota amarilla de Rawson en el desarrollo de la zafra en aguas provinciales.
Esta semana fue noticia el decomiso de 5150 kilos de cola pelada y sin pelar en un establecimiento sin habilitación en Trelew. Ni papeles la planta, ni las guías de procedencia que emite la Secretaría de Pesca, el langostino.
Si bien la información oficial no marcó responsable alguno de la planta y/o la carga, trascendió que los emprendedores serían Hugo Baulde y su hermano, activos proveedores de langostino en el mercado interno. La de los Baulde no es la única y varias otras están identificadas.
Posiblemente en los próximos días golpeen la puerta de un pez gordo, con lazos en la política local.
Sí el parte de prensa contuvo el monto estimado de la carga: 25,6 millones de pesos, a razón de casi 5 mil pesos el kilo. En el sistema formal, con obreros registrados en el STIA, un frigorífico habilitado tiene un costo de más del doble.
Lo mismo pasa en Mar del Plata con las cuevas clandestinas que cortan merluza. Quienes tienen obreros registrados bajo convenio casi que el mercado interno se torna inaccesible ante la disparidad de costos.
Los números varían de acuerdo a las fuentes consultadas pero hay cierto consenso en el sur que diariamente se vuelvan a este circuito informal entre 20 y 25 mil kilos de materia prima para su reproceso.
Los grandes “regadores de langostino” al circuito informal, son los propios marineros de la flota costera y cada vez menos artesanal que opera desde Rawson. Un esfuerzo pesquero extendido ya a 100 barcos, a cinco marineros por buque, a 50 kilos de “propina” por tripulante, ya estamos en las 25 toneladas cada vez que la flota regresa a muelle.
Si bien la “propina” no es generalizada en todos los barcos, también hay otros excesos que aportan langostino a la cadena. En la flota Red Chamber, por ejemplo, parte del negro del salario de los marineros se paga en langostino.
Es tal el desmadre en Rawson que hasta hay un vendedor ambulante que comercializa un artículo de primera necesidad para los marineros: bolsones reforzados para almacenar la carga que sale a paso de hombre, ante la siempre desatenta pero bien recompensada mirada de los efectivos de Prefectura.
Si bien todavía no hay datos de cuándo vetarán la ley provincial de pesca, promesa de Nacho Torres en campaña, parece que las nuevas autoridades pesqueras en Chubut salieron rápido a marcar la cancha contra la clandestinidad que regala el langostino negro.
Un flagelo que no solo impacta en el mercado interno, donde las empresas formales no pueden siquiera precalentar para comenzar a competir, sino que es la principal fuente de origen del marisco que ingresa a Brasil vía contrabando.
Sabemos que Dany Embajador con su ideología versátil no ha podido hacer nada para frenar la maniobra delictiva que condiciona a los exportadores formales que no pueden competir con el producto de contrabando. Veremos si Pato Ministra dispone de tiempo y recursos por fuera de su misión principal de barrer manifestaciones en la 9 de Julio y pasarle la factura a los movimientos sociales.
En Chubut la propina descontrolada no es el único tema de preocupación por estas horas. En tiempos de sobreoferta de langostino fresco y un mercado internacional que no despierta apetito por el producto, comienzan a generarse algunos fenómenos singulares.
Esta semana Iberconsa le pidió a Makro que retire al «Caliz» de la nómina de barcos aportantes de pescado fresco a su línea de producción. Ya tiene al «Giuliano», «Camilo S», «Madre Divina»; «Vamos a Probar» y «Nestor B».
Fue el “Caliz” pero posiblemente pudo haber sido cualquiera de los otros. En Iberconsa plantearon una cuestión de sobre abastecimiento, que no alcanzaban a procesar toda esa materia prima y buscaban entregar un producto de mayor calidad, objetivo al que atenta el aluvión de langostino.
Al inicio de la zafra pasó algo parecido en Estrella Patagónica que desactivó por unas mareas al “Punta Pardelas” y “Santa María Madre”. Lo disimularon aduciendo un problema de indumentaria de los operarios del STIA pero pisaron el freno a la producción.
«Es por unos días, después seguro que vuelve», reconocieron en la empresa controlada por el fondo de inversión estadounidense Platinium Equity, desde donde están mirando con mayor atención todas las operaciones en Argentina.
El rechazo duró apenas algunas horas y el “Caliz” vuelve a entregar langostino para Iberconsa pero en el interín Picco ya estaba negociando con “Anchoa Patagónica” para hacer fazón y ver a quién le vendía la producción.
Más allá del amague de Iberconsa y EPSA para dosificar el ingreso de langostino fresco a frigorífico, que los armadores puedan tener que encargarse de vender su producción es una postal original en el panorama pesquero chubutense.
La flota que siempre fue el eslabón más fuerte de la cadena, que de lo único que debía encargarse era de pescar y entregar un producto de alto valor y calidad, hoy comienza a vislumbrar otros roles.
La flota arrancó la temporada con un precio para frigorífico que rondaba los 2,3/2,5 dólares como precio conformado entre el blanco y los variados tonos de negro que pintan en Rawson. Un valor inferior a lo que se vendió en la zafra de aguas nacionales, algo que no sucedió muchas veces.
Esos valores ya costaba mantenerlos por estos días y apenas consumimos dos semanas de zafra. Todos apuntan a que las fiestas de fin de año terminen de licuar los stocks que quedan en los mercados externos para que se despabile la demanda. Si eso no ocurre, con una sobreoferta garantizada por los próximos 100 días, los precios del entero en muelle subirán a un tobogán.
Buen domingo
Lo mismo que siempre de todos los días, meses y años. Nunca se pudo resolver. Que les falta a los que deben controlar??