La petrolera Shell, la marca gerenciada por Raizen en la Argentina, aumentó un 37% promedio el precio de sus combustibles en las más de 600 estaciones que opera en el país, lo que anticipa un movimiento en los surtidores de todas las demás empresas del segmento minorista.

Fuentes de la compañía confirmaron a Télam que el incremento promedio en sus combustibles alcanzó el 37%, porcentaje que se suma al 15% que había dispuesto a fines de la semana pasada.

Como en anteriores oportunidades, el resto de las compañías hará lo propio en las próximas horas de manera de evitar un corrimiento de demanda que signifique el quiebre de stock de sus estaciones de servicio.

Shell es la segunda red en volúmenes del sector ya que tiene una participación de mercado del 23%, lejos de YPF que lidera el segmento con casi el 55%, y por encima de Raizen que se ubica en torno al 20%.

Las fuentes consultadas señalaron que el incremento responde al movimiento del tipo de cambio oficial que desde este miércoles se ubica en los $800 por dólar, y al proceso de recuperación de precios por el atraso acumulado en lo que va del corriente año, debido a los acuerdos llevados a cabo con la anterior gestión de gobierno.

De esta manera, el precio de referencia internacional que es la variedad súper pasó a tener un valor de poco más de US$ 0,75, por debajo del promedio histórico del país de entre US$ 1 y US$ 1,1 por litro.

El viernes, a menos de 48 horas de la asunción del presidente Javier Milei, YPF aumentó los precios en sus más de 1.600 estaciones en un 30%, luego de que Shell y Axion implementaran un ajuste del 15% promedio.

El raid de precios iniciado desde las elecciones primarias quebró un proceso de aumentos acordados, en el marco del programa Precios Justos implementado desde diciembre de 2022 con subas mensuales de 4,5%, lo que generó un atraso en la actualización de los precios en surtidor.

El 1ro de agosto se habían incrementado los precios en 4,5% como parte del acuerdo por entonces vigente, pero a pocas horas del triunfo de Milei en las PASO y tras la devaluación de 21,6% del tipo de cambio que dejó en 350 pesos por dólar, las petroleras decidieron el 16 de agosto una suba promedio de 12,5%.

El 23 de octubre, YPF realizó un incremento correctivo del 5% en los precios de todos sus productos, para compensar el desfasaje de precios con la competencia que había realizado «microaumentos» como se definió en su momento, más allá del acuerdo de congelamiento.

La recomposición del desabastecimiento que se gestó en plena campaña hacia el balotaje, llevó casi dos semanas, marco en el cual las petroleras realizaron otro ajuste del 9,75% a partir del 1 de noviembre. (Telam)


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