Por: Roberto Garrone
El martes pasado, 12 de septiembre, se celebró el Día de la Industria Naval. Detrás del brindis en la Facultad de Ingeniería de la UBA, epicentro del acto oficial que nuevamente mostró al sector unido más allá de las grietas internas, un tema dominó la agenda de coyuntura.
El proceso de licitación anunciado por el gobierno argentino para dotar al INIDEP de un nuevo buque de investigación, un Ice Class, un barco para poder investigar especies australes en los confines del mundo. Lo que así parece un hecho auspicioso, para la industria naval es la amenaza de un nuevo negociado.
Hasta el próximo 13 de octubre tendrán tiempo para solicitar información las empresas interesadas en participar del proceso de licitación pública internacional para la contratación del diseño, construcción y equipamiento del buque que el INIDEP piensa construir con financiamiento del BID por 135 millones de dólares.
Ese parece ser el combo que se repite: el INIDEP encarga un buque, el BID pone el financiamiento y Armón, el astillero de Vigo, en España, lo construye. El estado argentino promoviendo la industria naval extranjera mientras desde Vigo llegan los sobornos por los sobreprecios que genera la obra.
Esto ya ocurrió con el “Víctor Angelescu” y el “Mar Argentino”, los dos que pasaron por ese camino de sospechas y ahora comenzaron a florecer nuevos elementos que abonan la misma teoría para el tercero de los buques.
En el medio hay un punto de contacto que ayuda a despejar las pocas dudas que quedaban: Javier Picco es multifacético: armador costero de Rawson, pesca langostino muy por encima de los cupos permitidos, hace negocios como proveedor de ferrocarriles y como ingeniero naval, cumple un doble rol: asesora al INIDEP en materia de construcción de los nuevos barcos a incorporar a la flota y oficia de agente comercial de Armón de este lado del Atlántico.
Esta incompatibilidad es tan evidente como desapercibida por los funcionarios de turno. Acá no hay grietas. Picco hace negocios con el kirchnerismo, o lo que queda de él, como con Juntos por el Cambio. Si no no se explica como nadie interpuso una acción judicial para sacarlo del partido, o al menos que se decida para qué equipo jugar.
Otro ferviente defensor de la incorporación del nuevo buque es Carlos Lasta. El investigador del INIDEP, especialista en la pesquería de vieira, ahora es el representante del Poder Ejecutivo en el Consejo Federal Pesquero.
Cuando comenzó esta historia del interés del INIDEP en repetir el proceso para sumar el Ice Class, se hablaba de una inversión de 110 millones de dólares para un barco que no costaba más que 90. La diferencia eran los retornos que regalaba el negociado. Ahora el BID aparece financiando su construcción por un valor de 135 millones de dólares. La inflación en dólares no reconoce negocios legales de los ilegales.
Raúl Podetti, ingeniero naval y obsesivo vigilante de estos procesos administrativos que siempre terminan beneficiando a la industria naval extranjera –sumamos las patrulleras que Argentina importó desde Francia- elaboró un informe al respecto de los buques de investigación y el INIDEP.
“Hay claros indicios que ambos procesos licitatorios fueron orientados para favorecer al mencionado astillero español”; cuenta el autor de “Industria Naval Argentina – 100 años”.
En su estudio analizó la compra de 186 buques de investigación desde el 2000 a la actualidad, que involucraron a 48 países compradores y 98 astilleros, vendedores. Del total de embarcaciones construidas, 41 son de investigación pesquera y el resto vinculadas al estudio del mar y los océanos con características similares.
“Es muy extraño que habiendo casi 100 astilleros que construyeron este tipo de barcos, solo uno se haya presentado en la licitación”, subraya Podetti. “Y es más extraño que eso haya ocurrido en dos oportunidades sin que nadie haya reaccionado”.
El analista advierte el caso curioso de Argentina, que desde el 2015 lidera las compras de buques de investigación pesquera con 3 embarcaciones (dos ya entregados y uno a punto de licitarse).
Comparte el podio con Canadá, Japón y Corea, países muy ricos y pesquerías más desarrolladas, que los construyen en sus propios países como forma de fomentar el desarrollo de su propia industria naval.
En ese ranking de constructor de buques de investigación Argentina supera a países como Rusia y triplica las compras de Dinamarca, Alemania, Noruega y China. Un verdadero delirio para un país que tiene datos de pobreza e indigencia alarmantes y atraviesa una crisis terminal de representatividad política.
“Este tipo de buques están entre los barcos no militares más caros y es extraño que Argentina, en la condición económica que se encuentra, y con un endeudamiento extremo, se de el lujo de ampliar su deuda para comprar este tipo de barcos de dudosa necesidad en tan poco tiempo”, remarca Podetti. “Mi sospecha, basada en muchos otros indicios, es que la verdadera razón de estas compras sea la corrupción”, concluye.
Veremos quién más se presenta a esta nueva licitación, además de Picco y Armón, claro. Luego de intentarlo sin éxito y con un proceso por demás oscuro con el “Mar Argentino”, y con la agenda de entregas ocupada por un par de años, astillero Contessi mirará la puja desde afuera.
Porque sí, parece que habrá puja. Días pasados los astilleros SPI y Río Santiago anunciaron que trabajan hacia la asociatividad, con vistas a participar en la licitación internacional.
“Argentina posee astilleros públicos y privados con capacidad y experiencia suficiente para desarrollar la ingeniería de un buque de este tipo y se traduce en hechos claros y cercanos, con hitos destacables” remarcaron las autoridades de ambos astilleros, según publicó el sitio Globalport.
La propuesta nacional tiene ventajas o debería tenerlas. Programas como Compre Argentino permiten al Estado utilizar su poder de compra para fortalecer la capacidad productiva nacional, priorizando a los proveedores locales en las compras públicas y facilita la transferencia de tecnología a empresas locales.
Por otro lado la Ley 27.418 de Industria Naval establece que las embarcaciones requeridas por el Estado deben construirse en el país, siempre que la industria nacional pueda cumplir con los requisitos y especificaciones necesarios.
Pero no es tan fácil: El BID tiene poder de lobby suficiente para derribar cualquier valla. En el pliego de bases y condiciones seguramente repetirán, como pasó con los otros anteriores, la exigencia de que el astillero adjudicado deberá tener experiencia en la construcción del tipo de buque que se solicita.
El “Ocean de Buen” será un buque oceanográfico que incorporará el gobierno español en los próximos meses. Sus características son un calco a las del Ice Class que piensan incorporar al INIDEP. Adivinó… Se esta construyendo precisamente ahora en las gradas de Armón, en Vigo.
Buen domingo
No necesitamos ese buque. Es más, según el INIDEP como solo tiene una parte de su posible operación cubierta (alrededor del 30%) su idea es alquilarlo a instituciones nacionales o extranjeras el resto del año.
Mordida feroz…!
Puede ser que haya corrupción, porque la tendencia es propia del ser humano, no solo aqui, en todos los paises hasta en los «serios» la hay. Denunciarla en este momento me huele a politiqueria barata y destructiva.
El problema de siempre es que si lo hacen en astillero del estado nuestros nietos lo verán con suerte. Eso sí, la mordida sería más democrática. Porque todos muerden