El torneo que reunió a basquetbolistas de todo el mundo entre +30 y +80 años revitalizó el movimiento turístico de Mar del Plata con la llegada de más de 4500 personas que contagiaron su entusiasmo como animadores del Mundial FIMBA que se jugó en el Estadio «Islas Malvinas», los Polideportivos Barriales y otras canchas de la ciudad.
Con la disputa de más de 700 partidos en 9 días de básquet a pleno, el público disfrutó de una atractiva propuesta deportiva con la presencia de figuras destacadas como Walter Herrmann, integrante de la Generación Dorada, que protagonizó como jugador de España el partido más atractivo del certamen en la convocante final de la categoría +35 en la que venció a Argentina (con el exjugador y actual concejal Nicolás Lauría) ante más de 3.000 espectadores en el Estadio Polideportivo.
La buena respuesta de los marplatenses que se acercaron a las distintas locaciones donde se jugó el Mundial fue el complemento ideal para potenciar la singular alegría de los participantes que trajeron todo el color en los uniformes de sus delegaciones con representantes de más de 30 países. Con entrada libre y gratuita, los partidos programados entre las 9 y las 19.30 de las ramas masculina y femenina contaron con la presencia de eventuales espectadores que disfrutaron de cada una de las intensas jornadas que se vivieron durante el torneo.
Entre tantas historias que arrojó este multitudinario encuentro deportivo y social, el intercambio de culturas permanente tuvo una situación emotiva y muy movilizante. Uno de los equipos que llegó desde Inglaterra fue a jugar al gimnasio del Centro de Excombatientes de Malvinas, donde los representantes británicos recorrieron el museo del lugar y conversaron con los veteranos de Malvinas que los recibieron en su espacio con los brazos abiertos para compartir un momento muy especial.
Por su parte, los amantes del básquet celebraron el regreso a las canchas del ídolo de Peñarol, «Tato» Rodríguez, quien se dio el gusto de volver a jugar en el máximo escenario de la ciudad con la selección argentina +40, y los más nostálgicos presenciaron la vuelta al Poli del platense Héctor «Chueco» Haile, exbase «milrayitas», esta vez como integrante de la selección nacional +60, quien se emocionó hasta las lágrimas por volver a jugar en Mar del Plata. También hubo homenajes a figuras señeras como Carlos «Chocolate» Raffaelli y Adolfo «Gurí» Perazzo, entre otros.
Siempre inspiradora resulta la presencia de jugadoras +70 y jugadores +80 que siguen demostrando sus ganas de vivir compitiendo dentro de la cancha con un espíritu deportivo admirable. Además, gracias al Mundial, se recuperó el mítico espacio del Centro de Educación Física N°1 para la práctica de básquetbol con la puesta en valor de sus dos canchas que quedaron activas para toda la comunidad. Un reducto muy ligado a los buenos recuerdos de los marplatenses que tuvieron alguna experiencia deportiva en etapa escolar en estas instalaciones.
Con la excelente organización de FFEMAR (Federación Femenina de Maxibásquetbol de Argentina) con Susana Treidel a la cabeza, junto a Viviana Busso y Ana Massagli, sumadas a la probada experiencia de Eventos Mar del Plata con Alejandro Mangone, Fernando Pérez y Darío Arcidiácono, el Mundial de Maxibásquet marcó un hito en «La Feliz» con el impulso de un movimiento turístico internacional inusual para la temporada baja y un impacto muy positivo en el ambiente de básquetbol de Mar del Plata y de Argentina con fuerte presencia e interés en un encuentro que dejó una huella en la historia deportiva de la ciudad.
Entre sonrisas, camaradería y diversión, visitantes y residentes disfrutaron de una comunión única con el básquet como hilo conductor de una pasión que no tiene fecha de vencimiento. Como suele decir el presidente de la Federación Internacional de Maxibásquet, el argentino Rubén Rodríguez Lamas, quedó demostrado en Mar del Plata 2023 que «el mundo FIMBA es el movimiento deportivo más feliz del planeta».