Por: Roberto Garrone

“El Enfoque Ecosistémico de la Pesca permite asumir una mirada lo más amplia posible de las pesquerías, teniendo en cuenta que éstas suceden en un ambiente, en un contexto social. Se busca entonces incorporar la mayor cantidad de variables y factores que incidan en la pesquería analizada, para que sea sostenible en el tiempo y que contemple elementos que consideren no solamente cuestiones relativas al recurso, sino también la gente involucrada”.

Ese fue el resumen de las Jornadas sobre la materia que se realizaron en la Subsecretaría de Pesca en marzo del 2019. La de Liberman es otra gestión a la de ese entonces pero que también ha puesto el foco en este tema: “Pescar mejor”; “Pesca inclusiva” apuntan a atender la multiplicidad de actores que entran en escena al momento en que corren los eslabones de la cadena productiva pesquera.

La decisión del jueves en el seno del Consejo Federal Pesquero, de cerrar las tres subáreas al norte del 45ºS donde estuvo operando la flota tangonera antes que se despertara el viento patagónico y obligara a los barcos a buscar refugio durante casi una semana cerca de la costa, parece ir a contramano del enfoque ecosistémico.

La decisión de cerrar se sustentó en datos de Observadores que marcaron un nivel de by catch de merluza superior al 20% en el área, registrados hasta el 16 y 23 de julio. ¿Por qué accionan casi dos semanas despuès? Porque el CFP tuvo receso por vacaciones de invierno.

En el medio hubo un temporal con ráfagas de más de 150 km por hora y así como los tripulantes regaron la paciencia a bordo, en tierra los frigoríficos quedaron virtualmente parados ante la imposibilidad que ingrese materia prima fresca.

Cuando el viento había comenzado a amainar y algunos barcos el jueves por la mañana comenzaron a mover para volver a zona de pesca, por la tarde quedaron colgados del pincel con las subáreas cerradas.

Las únicas abiertas, la 14, 15 y 16, al sur del 45ºS, donde a esta altura del año es más factible que Independiente gane dos partidos seguidos antes que la flota encuentre langostino de buen tamaño.

Es cierto que la Resolución 9/22 estableció que con esos niveles de by catch hay que cerrar el área, pero ya habán pasado varios días y un temporal en el medio. Nadie sabe fehacientemente cuál es la situación actual en los cuadrantes cerrados.

Ese celo por el dinamismo, que tan buenos resultados ha dado, reitero, ahora creo que ha complicado una zafra que ya viene mal barajada por el tema climático y la irregularidad en las capturas.

Quizás se pecó de reglamentarismo y faltó sentido común para atender a los otros actores involucrados en la pesquería: industriales que pagan costos fijos millonarios por tener la masa laboral inactiva, armadores que no pescan y tripulantes que no faenan.

Las consecuencias quedan reflejadas en la estadística. Más allá del mal tiempo y la menor cantidad de barcos que migraron al marisco, entre la semana del 25 de julio al 1 de agosto la flota fresquera de altura duplicó la caída de su participación. Pasó del 12% la última semana de julio al 21% el 1 de agosto cuando contabilizó 21.526 toneladas descargadas. Hace un año sumaba 44.786 toneladas.

Esos datos los genera la autoridad de aplicación. Y serán peores cuando llegue el reporte semanal de esta semana…

Quizás pudo haberse dejado al menos un área abierta para descomprimir la impaciencia acumulada en el temporal y calmar el hambre de materia prima en las fábricas. Y si se reconfirmaba el by catch sí cerrarla por un tiempo.

El argumento de que la medida fue teledirigida para incrementar la descarga en Puerto Deseado, tierra entrañable para Liberman, más en vísperas de elecciones, parece endeble si se piensa que en esas zonas existen pocas chances de encontrar marisco de talla comercial.

De todas maneras al cierre de esta columna más de 20 buques operaban al sur del 45°S. “La lógica marca que ahí no hay nada pero con este bicho nunca se sabe”, pensaba un armador el viernes por la tarde. En la mañana de ayer había algunas certezas: algunos buques habían tocado marisco en la subárea 15. Otra parte de la flota enfiló para salir de la veda por el norte. De ahí no tuve datos.

Igual esos abonados tienen de dónde sujetar las teorías conspirativas: las descargas de langostino en Deseado alcanzaron al 1 de agosto 11 mil toneladas. La cifra representa 18% de incremento en relación al mismo período del año pasado.

Eyectando a Rawson de la lista tras su superabundante zafra provincial, los puertos santacruceños fueron los únicos que muestran números en verde. El otro es Caleta Paula, frente al Golfo San Jorge. Ahí la presencia de langostino creció 266% y alcanzó 3612 toneladas.

Mantener la flota sujeta en el sur sin habilitar las áreas del norte pareciera haber dado resultados. Alcanzará tener a los estibadores contentos para ganar las elecciones. Ya veremos…

Las cartas no vienen bien barajadas en estos dos meses de zafra en aguas nacionales como para sumar 10 días entre paréntesis, primero por el fuerte viento y luego por la falta de criterio, fuera del enfoque ecosistémico.

Buen domingo.


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