El 41% de las intoxicaciones por monóxido de carbono se originan debido a problemas en los equipos de calefacción, superando a otras posibles fuentes de envenenamiento por mala combustión de los calentadores de agua (36%) y las cocinas a gas (21%), según cifras difundidas por la empresa Camuzzi.
Los datos se desprenden de los registros de accidentes por monóxido de carbono registrados en 2022 por la compañía que brinda servicios en el 45% del país (en provincias como Buenos Aires, La Pampa, Neuquén, Chubut, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego) con el «fin de promover una mayor conciencia ciudadana y contribuir a la disminución de casos de intoxicación por monóxido de carbono».
Los principales problemas fueron detectados en las viviendas, por lo que se resaltó la importancia de una correcta instalación y mantenimiento de los artefactos a gas.
Según la investigación, el 41 por ciento de las intoxicaciones se originaron debido a problemas en los equipos de calefacción, superando así a otras posibles fuentes de intoxicación, como los calentadores de agua (36%) y las cocinas a gas (21%).
Estos incidentes se deben principalmente a conductos de evacuación de gases instalados fuera de norma, obstruidos o inexistentes, así como a la falta u obstrucción de rejillas de ventilación.
El 74% de los casos reportados a Camuzzi en 2022 en toda su área de concesión requirieron hospitalización, y se registró un índice de mortalidad del 5%.
Sin embargo, estos datos representan únicamente los eventos denunciados, ya que muchas intoxicaciones no son diagnosticadas como tales, y/o no son informadas.
Desde la distribuidora recordaron que el monóxido de carbono «es una amenaza invisible, un gas altamente tóxico y peligroso que no tiene color ni olor, y que causa intoxicaciones», y se genera como consecuencia de una combustión incompleta de los combustibles que se utilizan habitualmente tales como la madera, carbón, gasoil o gas natural, cuando no hay suficiente oxígeno disponible para lograr una combustión completa.
Una intoxicación leve, explicaron, puede confundirse con un malestar estomacal o una gripe, por la similitud de los síntomas: vómitos, mareos, dolor de cabeza, cansancio, debilidad, entre otros.
A mayor tiempo y exposición los síntomas empeoran, bajando la temperatura corporal, la tensión arterial y el pulso, pudiendo terminar con convulsiones o inconciencia.
Por tanto, advirtieron que es fundamental mantener los ambientes correctamente ventilados y verificar regularmente que las rejillas de ventilación no estén obstruidas.
Además, se recomendó realizar inspecciones periódicas anuales, especialmente después de largos períodos sin uso, a cargo de gasistas matriculados, para asegurar el correcto funcionamiento de los artefactos a gas, sus conductos de evacuación y las ventilaciones.