Por: Roberto Garrone

El Consejo Federal Pesquero distribuyó 5 mil toneladas de langostino para barcos fresqueros de Mar del Plata y Rawson. El argumento era dinamizar el empleo en tierra pero distintas fuentes aseguran que los armadores deben pagar, como retorno, mil dólares por cada tonelada de cuota asignada.

La noticia que convulsiona por estas horas el tablero de la pesquería de langostino llegó sobre el filo del fin de semana. Cuando muchos no creían que pudiese prosperar, el Consejo Federal Pesquero asignó las cuotas de langostino del Fondo de Asignación para el Fomento Productivo.

Una iniciativa que buscó, mediante la asignación de 5 mil toneladas de langostino, fomentar la actividad de buques fresqueros con el objetivo de abastecer plantas procesadoras de tierra. El Acta 18 divulgó la nómina de 22 embarcaciones que recibieron entre 135 y 400 toneladas de langostino por 6 años, aunque la promesa de los gestores marcaría una asignación definitiva.

De esa lista, 4 son costeros de Rawson y el resto barcos de Mar del Plata. Se entiende que si se dan las condiciones de pescar esa cuota, 3700 toneladas en total, a partir del 15 de agosto, los buques descargarán el langostino en los muelles del puerto local y generarán mano de obra en la industria. Otro día vemos la condición laboral de la mano de obra.

La decisión de crear el Fondo surgió por iniciativa de Buenos Aires como una forma de compensar la cuota social que reciben Santa Cruz y Chubut por haber acordado cerrar el Golfo San Jorge a la pesca de langostino y solo operar en aguas nacionales. Ese aporte es uno de los pilares donde descansa el éxito de la abundancia que muestra hoy la pesquería.

Las 5 mil toneladas no quedaron exclusivamente en la flota marplantense por la presión que ejercieron algunos actores importantes de Rawson y el representante de Chubut en el Consejo Federal Pesquero para llevar alguna porción hacia el sur.

En Playa Unión sostienen que no creían que el proyecto prosperara y se sorprendieron cuando vieron la nómina de los seleccionados. Pero el “Siempre Maria Elena”, del armador Gustavo González, fue el que más cuota recibió: 400 toneladas. Los otros tres, ninguno baja de las 300 toneladas, aunque en Conarpesa quería algunas más para el “Quequén Salado”.

El reparto del Fondo ha generado críticas de parte de referentes de la flota congeladora, desde donde advierten que el Consejo Federal Pesquero debería ejercer sus facultades para cuotificar la pesquería, “no favorecer al club de amigos”.

Destacan que figuran barcos sin historia en la pesquería como “Belvedere” y “Tozudo”, dedicados principalmente a la merluza hubbsi o a las especies pelágicas durante el invierno y primavera. Cada uno entra por la ventana con 3 mil cajones en bodega.

Otros cuestionaban el procedimiento desde la legalidad de la norma. Critican el modo del reparto; como si fuera CITC pero sin ningún criterio más allá de quienes la pudieron pagar. Sí, cada tonelada asignada tuvo su precio. Una maniobra que no por reiterada en la pesca, pagar por una porción de cuota, deja de ser vergonzosa.

“Se paga mil dólares cada tonelada”, coincidieron en señalar a este cronista seis fuentes distintas. En Mar del Plata, Rawson, Deseado y la Ciudad de Buenos Aires. “Mejor dicho, se va a pagar porque nadie pagó nada hasta ahora; hasta que no saliera”, remarcó una de las fuentes consultadas.

Por qué estos 22 buques y no otros. Los que tienen permiso irrestricto no tienen necesidad de incrementar la cuota que reciben con más cupo. Pero hay varios que no tienen irrestricto y sin embargo no figuran.

En UDIPA postularon a cinco buques y solo aparecieron dos. Al repasar la lista no se ven barcos de Pesquera Veraz. “Atrevido”, “Argentino” deben ser parte de los postergados. ¿Los dejaron afuera, no pidieron o no estuvieron de acuerdo en pagar esa cifra?.

El fomento del trabajo en tierra a cambio de 3,7 millones de dólares para, entre otras cosas, financiar la campaña de Axel Gobernador, según explicaron los gestores. No se sabe si es billete o pesos al tipo de cambio oficial.

En Rawson quien llevó las gestiones fue Chuchi Awstin y Fernando Malaspina, representantes de Chubut y Rio Negro respectivamente en el CFP Dos recaudadores para la corona provincial de salida, sacando las comisiones correspondientes. Maratea, un poroto.

Para la flota marplatense hubo un tándem que opera desde las sombras: Emilio Coronel, abogado de Arbumasa y gestor de cuanta reformulación quiera presentarse en el Consejo Federal Pesquero y el inoxidable “Pato” Elias, ex asesor en tiempos de Remes Lenicov en la Dirección Nacional de Coordinación y Fiscalización Pesquera, a cargo de la caja del Distrito Pesca en Mar del Plata con el ya retirado “Turco” Salomón.

Hoy Elias es asesor de Juan José Bahillo, el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca y a quien, cuando se creó el Fondo de Asignación, se le ocurrió la idea de monetizarla a razón de mil dólares la tonelada para acomodar a los barcos con poco cupo. De todas estas gestiones nunca estuvo ajeno Carlos Liberman, subsecretario de Pesca.

Si ese fue el razonamiento sorprende por qué Javier Picco solo tiene al “Altar” en la nómina, cuando es armador también del “Caliz”, “Misal” y “Sagrario”. En Mar del Plata recuerdan que metió un par de reformulaciones para construir un barco doble cubierta y distribuir la cuota. De esas negociaciones participó el binomio Coronel/Elias.

Si bien hubo quienes aseguran que las negociaciones con los armadores marplatense fueron muy desprolijas, con reuniones bastante concurridas y en las que se subastaba cuota al mejor postor, otras fuentes lo desmienten. “Todo fue personal, a lo sumo alquien negoció en nombre de algún otro, no más”, subrayó.

«Este es un importante logro para la actividad pesquera y portuaria bonaerense, que va a impulsar la generación de nuevas fuentes de empleo y es resultado del trabajo que venimos realizando en el Consejo Federal Pesquero», destacó el ministro Javier Rodríguez en un comunicado para destacar el fomento del empleo.

Obvio que ni una palabra del negocio detrás del acto administrativo. 5 millones de dólares, por cobrar, para repartir un recurso que es de todos los argentinos y debieran distribuir siguiendo los parámetros que fija la ley federal de pesca para la asignación de cuotas.

Asesores y letrados en las sombras del poder real haciendo pingues negocios con la cómplice voracidad de los empresarios, siempre dispuestos a alimentar el fuego de la corrupción con un poco más de dólares.

Hacía bastante que no quedaban tantos tan pegados al mismo tiempo en la pared de la industria pesquera. No era que habían cambiado. Faltaba la oportunidad.

Buen domingo


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