Por: Roberto Garrone
La prospección de langostino que arrancará en una semana desde las subáreas bien al sur, dentro de la veda permanente de juveniles de merluza en aguas nacionales, abrió una mini grieta dentro del sector empresarial por la decisión del sector en que se pondrá en marcha el relevamiento.
En algunos sectores de la flota tangonera congeladora les quedó un sabor amargo y cierta frustración por no haber sido escuchados. Creen que lo que encontrarán los 16 buques factorías y 4 fresqueroos que salieron sorteados ayer no serán concentraciones de marisco de buen tamaño comercial.
“Ahí con suerte podremos encontrar algo de L3, que no es lo que pide el mercado”, resumió uno de los representantes del sector. “No necesita tallas chicas, ni congelado ni fresco. L1 para Europa y L2 para Japón”, precisó otro empresario consultado para quien abrir de esta forma “no tiene sentido”.
Para los armadores fresqueros de altura la medida se encuadra dentro de cierta lógica para esta época del año. “Está en pleno crecimiento, tendrán que esperar que aumente de peso y tamaño”, responden quienes capturan un langostino que se reprocesa en tierra y se exporta mayormente como cola congelada en bloque de 2 kilos.
Más allá que resulta aventurado pensar que el mercado demande colas de menor tamaño teniendo todavía algo de stock de la temporada super abundante de Rawson, no tiene mucho sentido capturar ejemplares de menor talla y por lo tanto, valor comercial.
Tal vez el Consejo Federal Pesquero podría haber tomado la decisión de habilitar toda la zona de veda y ver dónde se encontraban los ejemplares de mayor tamaño para arrancar la zafra con toda la flota en esos sectores. Y mientras tanto el resto de la biomasa crece en tamaño.
Es lo que se ha hecho el año pasado a partir de medidas de manejo que priorizaron la maximización de los rendimientos en función de la tasa de crecimiento y evitaron la pesca de juveniles. Los resultados así lo reflejaron: el 85% del total de las capturas, más de 200 mil toneladas, se compuso de L1, L2 y L3, las mayores tallas comerciales del marisco.
“Nadie pidió prospectar el resto de las subáreas y aunque lo hubiesen pedido era de imposible cumplimiento. Necesitamos muchos más Observadores de los que disponemos, incluyendo los de las provincias”, explicaron en la Subsecretaría.
El año pasado la prospección se inició en las mismas cuatro subáreas pero el 4 de junio, casi dos semanas después de lo que arrancará ahora. En ese momento todas quedaron habilitadas para la pesca comercial.
Tal vez pecar de ansiosos no genere los mejores resultados. Igual, si la prospección no muestra signos positivos para abrirse al resto de la flota, se continuará prospectando más al norte.
También hay quienes hacen otra lectura detrás de la decisión de abrir los cuadrantes entre el 45ºS y 47ºS, frente a la boca del Golfo San Jorge. Ven la intención del Subsecretario de Pesca de favorecer las descargas en Puerto Deseado en Santa Cruz, la provincia de sus afectos políticos, que ha representado en el CFP y a la que seguramente regrese a partir del 10 de diciembre si el plan llegar de Massa se ahoga en medio de la hiperinflación.
El redireccionamiento de desembarques queda a la vista con la merluza hubbsi del efectivo sur. Deseado lleva recibidas hasta el 9 de mayo pasado, 5794 toneladas, 297% más que en el mismo período del año pasado. Caleta Paula, 12% más. Mar del Plata, 20% menos. Ellos hacen política pesquera distribuyendo cuota social a barcos marplatenses. Acá los responsables de la provincia de Buenos Aires en el CFP están pintados al oleo.
Volviendo a la mini grieta de la prospección… también están los que no concuerdan con prospectar tan al sur de forma tan anticipada pero le ven una arista positiva al asunto. “Es un error no forzado que quizás pueda ayudarnos”, especula. En ese razonamiento juega también la mala pre temporada que significó el langostino del norte de la veda.
Hoy el mercado internacional mira con expectativas la evolución de la zafra, recostado sobre el stock que le queda del año pasado y pensando en que la abundancia anunciada para el 2023 podría mantener los precios del entero planchados unos meses más.
Hilvanar el fracaso de la temporada de langostino al norte de la veda con un fallido inicio de la prospección podría hacer que el mercado salga de la zona de confort y comenzar a demandar lo que ahora hay en cámaras por temor a un futuro más incierto de lo imaginado.