Integrantes del Proyecto Agroecológico Chapadmalal convocaron al intendente Guillermo Montenegro, a una Mesa de Diálogo para poner en común los alcances de la iniciativa, despejar dudas sobre la propuesta y avanzar en consensos para evitar nuevas confrontaciones.
“Invitar al intendente a una instancia de estas características es apostar al diálogo para poder demostrar que el Proyecto Agroecológico Chapadmalal no es un proyecto de un sector, sino una propuesta para toda la ciudad. La agroecología es el horizonte de la producción de alimentos, y las ciudades son esenciales para esa transición. Sin ir más lejos, el Municipio de General Pueyrredon en comprensión de esa realidad ha intentado incorporar
esta mirada y perspectiva, a través de programas, proyectos y adhesiones a redes de articulación nacional. Dejar inaugurada una Mesa de Diálogo junto al Intendente es muy importante para todos”, explicó Roberto Cittadini, sociólogo, doctor en Desarrollo Rural y
especialista con reconocimiento internacional en procesos de transición agroecológica.
Por su parte, Johana Burgos, una de las productoras que integran la iniciativa, explicó que el Proyecto Agroecológico Chapadmalal también es una oportunidad para “mejorar las condiciones de trabajo de muchas familias campesinas del cordón frutihortícola de la ciudad, que actualmente trabajan en muy malas condiciones y que acceder a una tierra
propia lo ven como algo imposible. Nos genera una gran expectativa la transición a la agroecología y el trabajo cooperativo”.
Por último, Cittadini confirmó que las tierras para el Proyecto Agroecológico de
Chapadmalal “son productivas”.
“Los primeros estudios que hicimos, porque continuaremos realizando análisis en el lugar, confirmaron que las tierras son de muy buena calidad para la producción agropecuaria. De hecho, no debemos olvidar que el objetivo histórico de este predio -desde hace décadas- es la producción de alimentos para la zona”, deslizó el también docente de la Universidad Nacional de Mar del Plata.
Considero una oportunidad para que Mar del Plata tenga una experiencia modelo en cultivo agroecológico de alimentos en un momento en que la producción en cercanía puede fomentar la mejora en los precios. Al mismo tiempo, es una excelente forma de habitar tierras improductivas, en vez de dejarlas a merced de proyectos inmobiliarios dudosos.