El presidente Alberto Fernández afirmó que «después de 47 años» del inicio de la última dictadura militar, la sociedad argentina sigue «reclamando verdad, justicia» y criticó a los que «piensan que los derechos humanos son un negocio de alguien», al anunciar el inicio de la construcción del Espacio para la Memoria en el ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio de Campo de Mayo.

«Estos actos son una mezcla del enorme dolor que se vivió en lugares como éste, donde los asesinos se jactaban de ser tal cosa, donde se llevaban la vida de inocentes y es un momento de paz espiritual. Después de 47 años, no nos olvidamos, 47 años después seguimos reclamando verdad, justicia, seguimos poniendo en valor la memoria colectiva respecto de lo que nos pasó», señaló el Presidente.

En la víspera del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, el mandatario recorrió el predio donde se levantará el nuevo Espacio para la Memoria, acompañado por los ministros de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, de Justicia y Derechos Humanos, Martín Soria, y de Defensa, Jorge Taiana; el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti.

Fernández compartió escenario también con la presidenta de la Asociación de Sobrevivientes, Familiares y Compañeros de Campo de Mayo, Iris Avellaneda, madre de Floreal «el Negrito» Avellaneda, militante de la Federación Juvenil Comunista desaparecido en 1976.

«La escuchaba a Iris, tremenda su experiencia. Si uno es un ser humano de bien, uno sólo puede sentir que su alma se estruja», señaló el jefe de Estado, quien además subrayó que la «cruel» dictadura pudo actuar de la manera en la que lo hizo «por la complacencia de una sociedad que guardó silencio, por los medios de comunicación que nunca hicieron el mea culpa y por los jueces que convalidaban y avalaban las atrocidades que hacían».

Acto seguido, fustigó a quienes en la actualidad «cuestionan» si son verdad los delitos imputados a los dictadores y a aquellos «piensan que los derechos humanos son un negocio de alguien».

Señalando las aviones del Ejército que formarán parte de ese Espacio de Memoria les recordó que desde esos aviones «tiraban hombres y mujeres al mar como método de eliminación», recordando a los vuelos de la muerte.

«Esto no es una publicidad, esto no es una mentira. En aquellos años en que comenzaban los juicios a los comandantes, y uno se sobrecogía escuchando lo que contaban… nosotros necesitamos que esos testimonios retumben en las cabezas de los argentinos. Necesitamos que vean esos aviones, que no era mentira que eran capaces de tirar gente viva de esos aviones para hacerlos desaparecer de la tierra», dijo.

Después, Fernández dedicó un extenso párrafo de su discurso para recordar al expresidente Néstor Kirchner y dijo ser «el único testigo del momento en el que él decidió cambiar la lógica que Argentina venía siguiendo el tema de los derechos humanos».

Relató que durante un viaje presidencial, recibieron la noticia del pedido de extradición de 46 oficiales que había solicitado el exjuez Baltasar Garzón por una causa relacionada a los vuelos de la muerte.

«La democracia había hecho todo lo necesario para que las investigaciones no avancen», dijo Fernández en relación a las leyes de Punto Final, Obediencia Debida y los indultos de la década del 90.

Según relató el mandatario, aquella noche en el Tango 01, Kirchner le pidió que impulsara en el Congreso la anulación de las leyes. Luego destacó que, gracias a aquella decisión, ya existen 1200 militares juzgados y condenados.

«Nuestras consignas se mantienen inalterables. Cada 24 de marzo, podemos tener muchas diferencias en lo político, pero la inmensa mayoría de los argentinos se abraza y marcha y sigue reclamando verdad y justicia», agregó.

Según se informó oficialmente, este será el primer espacio para la memoria construido desde cero y se levantará en el lugar dónde funcionó el principal centro de operaciones durante la última dictadura cívico militar iniciada en 1976.

Con fecha estimada de finalización en julio de 2024, la obra requerirá una inversión de 2.198 millones de pesos.

Concretamente, el ex centro clandestino de detención de Campo de Mayo fue un centro de operaciones neurálgico del Ejército durante la última dictadura cívico-militar.

Allí funcionó El Campito, uno de los más grandes centros clandestinos de detención y dentro de la guarnición de Campo de Mayo también funcionaron el Destacamento de Inteligencia 201 conocido como Las Casitas, la Prisión Militar de Encausados y el Hospital Militar, entre otros.

El Hospital Militar funcionó como centro clandestino de detención en el pabellón de Epidemiología, y como maternidad clandestina. (Telam)


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