El Grupo de Extensión ConCiencia Cannabis, formado por especialistas de diferentes disciplinas, trabaja en la temática desde 2017 en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), optimizando los métodos de extracción, identificación y cuantificación de los principios activos del cannabis. Utilizan metodologías que les permiten realizar el análisis de cannabinoides en los aceites de usuarios y productores, que les permiten identificar la composición del contenido de principios activos en los aceites que éstos producen y/o consumen de los usuarios y productores.
El grupo que lleva adelante el trabajo está compuesto por Debora Nercessian, investigadora del CONICET, junto a Silvana Colman y Daniela Villamonte, ambas personal de apoyo del CONICET, la becaria postdoctoral del CONICET Jesica Frik, investigadora y docente de la UNMDP Julieta Mendieta, docente e investigadora del CONICET Carmen Segarra, la abogada Estela Murgier, la licenciada en trabajo social María Solange Noblia , la médica psiquiatra y coordinadora de investigación médica del Centro de Estudios de la Cultura Cannabica (ONG- CECCA) Celeste Romero y Gabriel Díaz, presidente de la Agrupación Marplatense de Cannabicultores.
El grupo centra su trabajo en dos principales líneas de investigación: el estudio de la influencia de las condiciones de cultivo en la producción de cannabinoides en diferentes variedades de la planta de cannabis y el análisis de otras propiedades biológicas de la planta, distintas a las ya conocidas.
Nercessian explica que la nueva reglamentación permitirá investigar profundamente, lo que resultaba imposible con las disposiciones anteriores, que eran restrictiva e incompletas. “Para nuestro grupo, como para todos los grupos que trabajan en cannabis en el país, esta nueva y muy esperada reglamentación significa la posibilidad de poder investigar con mayor libertad. Ahora nuestros proyectos van a ser evaluados por los organismo competentes, como cualquier otro proyecto de investigación. Concretamente, la ley nos permitirá poder acceder a cultivar las plantas de cannabis para investigar en el laboratorio, ampliar los objetivos de los proyecto que antes eran solo en relación al cannabis y la epilepsia refractaria, así como también acceder a los insumos necesarios para trabajar.”
La especialista resalta que la inclusión del auto-cultivo en la nueva ley genera un cambio sustancial, porque saca de la ilegalidad a mucha gente que se arriesgaba a tener plantas para poder asistir a familiares enfermos o a los cultivadores solidarios que donaban su producción para elaborar los aceites para otras personas. Además la ley propone establecer un registro de usuarios y cultivadores, habilitar la producción nacional de los derivados de cannabis y permitir su uso para todas las patologías que los profesionales de la salud indiquen. “Esto es muy importante porque hasta ahora sólo estaba permitido su uso para epilepsia refractaria, a través de una importación muy costosa y compleja de implementar. El hecho de que el estado se haga presente garantizando el acceso a aceites de producción nacional terminará con el mercado ilegal que tanto se ha expandido en estos años y garantizará a los usuarios un producto seguro, de calidad y de contenido conocido”, cuenta la investigadora.
“Para nosotras trabajar en este tema es un desafío porque hay muchas expectativas y demanda de información sobre los beneficios de los derivados de cannabis, a las que hay que responder con información certera y estandarizada. A su vez es un trabajo muy gratificante porque sentimos que podemos colaborar en la generación de respuestas a esas expectativas”, concluye Nercessian.
Cannabis y COVID-19
La irrupción del COVID-19 alteró el trabajo de investigación, que en muchos casos discontinuó el trabajo de laboratorio. Sin embargo, ConCiencia Cannabis encontró en este escenario nuevos aspectos a evaluar y a partir de la revisión bibliográfica llevaron adelante la evaluación, a través de cuestionarios, sobre la relación entre el consumo de cannabis medicinal y la gravedad de los síntomas generados por COVID-19.
El grupo generó dos instancias de trabajo diferentes: un primer cuestionario dirigido a pacientes recuperados de COVID-19, en el que las preguntas intentan establecer relaciones entre los síntomas padecidos, días de internación y gravedad de cuadro, con el uso de cannabis y sus derivados, y el segundo cuestionario, dirigido a personas usuarias de cannabis en general, que hayan o no padecido la enfermedad. Ambos instrumentos fueron evaluados por el Programa Temático Interdisciplinario en Bioética de la UNMDP antes de su difusión en redes sociales.
Los cuestionarios siguen vigentes y se puede participar en ellos través de los siguientes links:
Cuestionario dirigido a pacientes recuperados de COVID-19
https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSft41SPGlNzimrGMK0etccU5ucc2YRFoR3FJMnXEw9Ae_YG7Q/viewform
Cuestionario para personas usuarias de cannabis
https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfwb73EFf4EnQH57HmPsa_ksKZzxLl4Iujnx240nyF1l33fiA/viewform?vc=0&c=0&w=1&flr=0
Fuente: “Departamento de Comunicación CONICET Mar del Plata”