El presidente Alberto Fernández anunció que el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) pasará del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) al Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO), hasta el 29 de noviembre próximo, aunque aclaró que «esto no terminó y hay que seguir cuidándose», en referencia a los riesgos de contagios por coronavirus.
Agregó que en departamentos de diez provincias en los que se registró aumento o multiplicidad de casos de coronavirus continuarán en ASPO hasta esa fecha.
En un discurso grabado en la quinta Presidencial de Olivos, Fernández recordó que en el AMBA se registraron «ocho semanas de caídas de contagios» en tanto que en forma paralela se avanzó en «aperturas» de actividades y en la «circulación».
Acompañado por el ministro de Salud Ginés González García y la secretaria de Acceso a la Salud Carla Vizzotti, el Presidente explicó que con el cambio en el AMBA «se podrá circular sin autorización», pero aclaró que el transporte público de pasajeros quedará «exclusivamente para los que están autorizados por actividades esenciales» porque «la experiencia indica que allí es donde se produce la mayor cantidad de contagios».
«Empezamos a amesetar la curva de contagio y desacelerarlos, lo que nos da una relativa tranquilidad», manifestó Fernández, y aseguró que están «tratando de focalizar» los casos «garantizando el aislamiento».
“Le estamos prestando particular atención a zonas donde la situación no cede con facilidad. Hemos visto otras donde la situación pareciera empezar a ceder como Córdoba o Mendoza”, indicó.
No obstante las aperturas, el primer mandatario pidió «responsabilidad colectiva y responsabilidad social ciudadana», e insistió: «El virus lo vamos a buscar y lo encontramos si estamos en contacto con alguien que lo tiene».
En ese sentido informó que «se seguirá con una serie de actividades restringidas en el AMBA que suponga aglomeración de gente en lugares cerrados», y ejemplificó los casos de «teatros y cines y recitales en sitios cerrados».
En cuanto a bares y restaurantes, Fernández manifestó que se hará «solo lo que la autoridad local disponga» y afirmó que la Ciudad de Buenos Aires «autorizará la apertura en lugares internos siempre que esté garantizada la ventilación y con no más de un 25 a 30 por ciento de su capacidad», mientras que en el caso de la provincia de Buenos Aires la atención será «en calles o veredas».
Fernández destacó que «el sistema público ha funcionado» pero subrayó la necesidad de «seguir con los cuidados de distanciamiento, la utilización del barbijo, el lavado de manos o alcohol en gel», porque «eso garantiza que el contagio no se produzca».
En ese sentido, hizo hincapié en que los adultos mayores «son los que más riesgo corren» y señaló que «el promedio de decesos por coronavirus es de 74 años, un 82 por ciento» del total de casos, «lo que es una prueba contundente del riesgo que corren».
Fernández contó que tuvo una charla con su par ruso Vladimir Putin «para preparar» a Argentina para la vacuna contra el coronavirus que se produce en esa nación y logró «un acuerdo entre países para la producción de vacunas».
En ese sentido, refirió que creará «un comando con las provincias para organizar la vacunación para los argentinos» que incluirá a los ministerios de Salud, Defensa, Seguridad e Interior, «con el propósito de organizar del mejor modo la vacunación», algo que «exige una logística singular».
No obstante el Presidente aclaró que están en contacto también con «otros laboratorios», además del ruso, con el objetivo que «los argentinos puedan contar en el menor tiempo posible con la vacuna» para poder retomar sus actividades, y aclaró que «son vacunas de altísima calidad en todos los casos y nadie puede dudar de la calidad técnica».
«Espero que el 29 de noviembre podamos estar todos en una fase de distanciamiento, que los contagios y los decesos sigan cediendo», se esperanzó Fernández, y que a partir de ese día puedan hablar como «encarar el proceso de vacunación».
«La experiencia nos ha demostrado que cuando nos unimos para trabajar juntos fue más fácil sobrellevar el tormento de una pandemia. Con (el gobernador bionaerense) Axel Kicillof y (el jefe de Gobierno porteño) Horacio Rodríguez Larreta coincidimos que trabajar como trabajamos hizo mucho más fácil lo que parecía un problema más difícil de resolver. Ahora a unir esfuerzos para vacunar a los argentinos», concluyó. (Télam)