La gestión de recursos humanos escasos durante la pandemia del coronavirus, el desgaste emocional de los trabajadores, los desafíos salariales y académicos para evitar que desaparezca la especialidad y las estrategias ante nuevos escenarios con víctimas múltiples, serán algunos de los temas del 32º Congreso Argentino e Internacional organizado por la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), que se desarrollará desde mañana y hasta el viernes en Mar del Plata.

Esta edición será la primera presencial tras los dos años de virtualidad por la emergencia sanitaria de la Covid-19, y servirá para que más de 3.000 intensivistas debatan y pongan en común las lecciones y los desafíos tras una experiencia que los «ubicó en la primera línea y visibilizó», como explicó la presidenta del congreso, Rosa Reina, en diálogo con Télam.

«Tiempo de reencuentro y gestión de Cambio» será el lema de esta edición, que se desarrollará en el Hotel Provincial marplatense, y que ofrecerá paneles, seminarios y conferencias con 206 disertantes nacionales, 62 internacionales -algunos de los cuales intervendrán de manera remota- y 54 talleres.

Además de médicos, participarán intensivistas de las áreas de enfermería, bioquímica, nutrición, neonatología, farmacia y veterinaria.

«Somos sobrevivientes de la pandemia, porque estuvimos en la primera línea de atención de los pacientes graves en gran escala antes de que existieran las vacunas, así que física y emocionalmente pasamos años muy difíciles, y tenemos que aprender de lo que vivimos», explicó por su parte la vicepresidenta de la SATI, Cristina Orlandi.

En ese sentido, aseguró que el congreso permitirá poner en perspectiva lo que significó la emergencia sanitaria y abordar la «situación crítica» que vive la especialidad.

«Seguimos en una situación crítica, porque si bien lo que se amplió en instalaciones y tecnología por la pandemia va a quedar, no se pudo expandir el recurso humano. Fue una experiencia que nos hizo crecer profesionalmente, porque gestionar una pandemia fue un desafío, pero hay mucho desgaste emocional y mucha desilusión con la falta de reconocimiento. Pensamos que nuestros reclamos iban a ser escuchados», aseguró Orlandi a Télam.

Por su parte, Reina dijo que la pandemia «nos visibilizó pero hay muchos desafíos, por ejemplo con el nuevo síndrome post covid, relacionado con lo que antes llamábamos síndrome post terapia.»

«Nosotros solemos decir que no damos de alta personas sanas, sino personas vulnerables. Necesitamos que los diferentes ministerios de Salud entiendan que la recuperación de los pacientes necesita de un equipo multidisciplinario que lamentablemente en la Argentina no existe. El post covid pone en evidencia que necesitamos incorporarlos», explicó.

Las falta de profesionales y su relación con las condiciones laborales tendrá también su espacio en las jornadas, y Reina indicó que no es un fenómeno nuevo.

«La SATI mostró lo que estaba pasando ya en 2013. Siguió pasando y está pasando ahora, con el agravante de que cada vez se anotan menos aspirantes. La calidad laboral no mejoró, los salarios tampoco. No se puede salir de una guardia y correr a otra. Las autoridades tienen que tomar consciencia. Porque si cada vez los profesionales están más sobrecargados de trabajo y no quieren elegir especialidades como terapia intensiva, que es muy demandante», precisó.

En esa línea subrayó que «esta especialidad no está en la gran mayoría de las facultades de medicina del país». (Telam)


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