Uriel Tapia Saín, de 18 años, se encontraba este sábado en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) de la ciudad balnearia, entró en un brote psicótico y se dislocó los huesos de la mano a propósito para sacarse las esposas.
Ante esto, se fue a las corridas de la habitación en la que recibía asistencia. Lograron capturarlo los policías que estaban allí para custodiarlo por orden de la jueza Rosa Frende.
El detenido, acusado por cometer los delitos de «doble homicidio agravado por el vínculo y homicidio en grado de tentativa», se presentó un día después del asesinato a los Tribunales de Mar del Plata para contactarse con su abogada, Laura Solari.
Pudo declarar ante la fiscal Andrea Gómez, pero los resultados de los peritajes previos arrojaron indicadores que hicieron que los especialistas consideraran que el joven no estaba en condiciones psicológicas y psiquiátricas de declarar.
Según establece el informe de la Asesoría Pericial, Uriel «no comprende la criminalidad de sus actos» tras matar a su madre, Corina Tapia, y a su abuelo, José Tapia, y herir a su abuela, Tapia Saín, el miércoles pasado en una casa de Mar del Plata.
Así, los peritos recomendaron que el joven quede internado para ser tratado. El acusado deberá someterse este lunes a las pericias psicológicas y psiquiátricas que solicitó el titular de la Unidad Funcional de Instrucción Nº5.
A su vez, su abuela, que posee 63 años, conocerá la fecha en que deberá declarar. Actualmente se encuentra internada en el HIGA, aunque su cuadro mejora día a día. (NA)