¿Qué reflexión te merece esta situación donde a partir del atentado a la vicepresidenta, se habla de la violencia y de terminar con los discursos del odio?

– El tema de la violencia es uno de los grandes temas desde nuestra conformación como movimiento humanista, allá por los ´60 y sabemos bien que trabajar seriamente por la superación de la violencia, lleva necesariamente a trabajar sobre las causas, porque si no, se tiende a trabajar sobre las causas, y en general de una forma punitiva. Y eso no llevará a nada bueno.

¿Por qué no lleva a nada bueno?

– Como dijera Silo, hay que empezar a hacer cumplir la ley, por imperfectas que sean. Y si los mismos que están encargados de hacerlo, se la llevan puesta, no es coherente y menos es creíble para la gente de a pie. Así que no trabajar en las causas de la violencia –y visibilizar quienes a la generan- puede llevar a un desánimo y una nueva decepción. Acá hay temas estructurales que abordar: la cuestión judicial, la distribución de la riqueza, el acceso a los derechos mínimos como hábitat, salud y educación … si tenés gente viviendo con una bolsa como techo, ¿de qué estamos hablando? ¿o hablamos del tema ahora porque te tocaron? Hay un nivel de hipocresía muy grande, que me hace dudar de las declamaciones

Desde algunos gobernadores se propuso al Presidente la conformación de una secretaria de no violencia. ¿Puede servir para poner el tema en agenda?

–  El tema está en agenda, como no va a estar si lo sufrimos todos los días, cuando no sabes cómo llegar al final del día y al final de mes. ¿Acá el tema es si es algo genuino o será como esa “mesa del hambre”? ¿En que quedó eso? De todas formas, prefiero ser optimista, aunque me cuesta un poco

A tu criterio, ¿qué debería hacerse para terminar con la violencia?

Primero hacer una gran convocatoria, sobre todo a las nuevas generaciones. Hay que abrir los oídos y sobre todo los corazones, comprometerse como una cuestión de supervivencia y trabajar en base a la coherencia. Y luego distinguir lo inmediato, lo mediato y más allá en el tiempo. En muy poco tiempo se puede producir una mejoría de las condiciones de vida. En lo mediato trabajar sobre algunas instituciones para comenzar a transitar hacia la justicia, como ser mecanismos de participación y representación real, reformar el poder judicial para avanzar hacia una democracia real. Y finalmente trabajar sobre todo aquello que crea conciencia, que construya una cultura de la no violencia, empezando por transmitir a las generaciones más chicas nuevos valores basados en el amor y la compasión. Pero para esto último es clave el ejemplo de los adultos, y vuelvo al tema de la coherencia. Así es como se cierra un circulo de trabajo.

¿Creés que es posible?

– Todo indica que no. Pero al mismo tiempo, las personas están agotadas de este sistema de relaciones basado en la violencia. El tema es si elegiremos llevar una vida coherente o seguir en el mismo sendero. Soy pesimista en el corto plazo pero muy optimista en el futuro.


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