La dirigente marplatense y directora de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), Fernanda Raverta, estuvo presente en el acto por el primer aniversario del programa de Reconocimiento de Aportes por Tareas de Cuidado, que se llevó a cabo en el Club General Pueyrredón.
Con gran emoción, manifestó “el esfuerzo que dedicaron a sus hijos y familia, ese mismo esfuerzo es el que hacemos desde ANSES para que el de nuestros vecinos y vecinas valga la pena”, resaltando que “se realizan 1.400.000 trámites mensuales en todas las oficinas de ANSES del país» .
Respecto a la mejora de la calidad de vida al poder acceder a la jubilación mediante este programa señaló «acceder a la jubilación es también acceder a la obra social, a la posibilidad de obtener un crédito para cumplir los sueños postergados como realizar un viaje, hacer regalos a los nietos o con el objetivo de refaccionar la casa».
Junto a 120 beneficiarias de la iniciativa que se puso en marcha en agosto de 2021,y que facilita el acceso a la jubilación de las madres argentinas, Raverta y el responsable de la Jefatura Regional Bonaerense II de la ANSES, Marcos Gutiérrez, destacaron el crecimiento de la política pública mediante la cual se reconoce, por primera vez, a las mujeres y/o personas gestantes la posibilidad de computar, al momento de jubilarse, un periodo de tiempo a los fines previsionales en reconocimiento a las tareas de cuidado de sus hijas e hijos.
Dirigiéndose a las mujeres presentes, Gutiérrez dijo “la posibilidad del reconocimiento por tareas de cuidado para jubilarlas pone de manifiesto que no debe quedar nada pendiente en sus vidas” y agradeció el acompañamiento de Raverta en este encuentro. En Mar del Plata 4600 Madres pudieron iniciar su jubilación con esta política pública, de las cuales 4500 ya fueron resueltas.
Mabel Ledesma, de 62 años, es una de las beneficiarias que participó del evento y contó su emotiva historia de vida. Ella nació en Concordia, Entre Ríos, y se vino en 1987 a vivir a Mar del Plata, junto a su marido, que en ese entonces era camionero. Madre de Ornella, Flavia y Fiorella, Mabel dejó su trabajo en el dispensario de la piel en su ciudad natal para radicarse en General Pueyrredón donde se dedicó durante 15 años al cultivo y el sembrado. Ya cuando puso acceder a su propia casa en Mar del Plata, comenzó su emprendimiento “La cocinerita Felíz”, con el que disfruta cocinando para diferentes eventos. Mabel accedió en junio a ser beneficiaria del Reconocimiento de Aportes por Tareas de Cuidado, y con la jubilación puede pasar su tiempo llevando a sus nietos a pasear y hacerles regalos. Su próximo sueño a cumplir es llevarlos en verano a Concordia a conocer a su familia.
Silvia Ferla tiene 63 años, tiene dos hijos gemelos de 42 años -Diego y Pablo-, y, al igual que Mabel, nació en Concordia, y luego viajó a Buenos Aires acompañando a su marido. Durante 20 años se dedicó al cuidado de sus nenes y acompañaba en la economía doméstica cocinando y tejiendo para diferentes lugares. Sin embargo, años más tarde su marido se quedaría sin empleo y ella terminó ingresando en una empresa de limpieza. Silvia se jubiló el pasado 10 de febrero y si bien con la jubilación continúa aportando a la economía del hogar, en estos momentos disfruta haber logrado su independencia.
Alejandra Muente, madre de Natalia, Juan Manuel y Federico, tiene 62 años. Vivió hasta los 58 años en Capital Federal donde durante los años de trabajo de su pareja ella se dedicó al cuidado de sus hijos y del hogar. Cuando podía preparaba alumnos en su casa. Ya asentada en Mar del Plata, los últimos años los pasó dictando talleres de escritura creativa. Se jubiló en junio y siente que logró la visibilización de ella y de tantas mujeres fuertes que acompañaron y sostuvieron la familia. Hoy plantea, como buena docente, que a las mujeres se les dio la palabra.
La de Beatriz Castillo, es otra historia de una mujer que pasó casi toda su vida en Buenos Aires y en los últimos años se mudó a Mar del Plata. Dedicó gran parte de su tiempo al cuidado de su hija Julieta, pero también al cuidado de adultos mayores, en maestranza; también trabajó en cocinas de rotiserías o restaurantes. Se jubiló este mes y desde entonces es promotora del Reconocimiento de Aportes por Tareas de Cuidado con amigas y vecinas a las cuales acercó y acompañó hasta las oficinas de ANSES para que inicien su jubilación.
La última de las tantas historias emotivas de la tarde fue la de Marcela Silvestri, quien se jubiló el pasado mes de mayo en reconocimiento al cuidado de su hijo Luciano. Trabajó gran parte de su vida en la industria textil marplatense como remalladora, recorriendo en bicicleta la ciudad con su hijo. Los talleres para los que trabajó nunca realizaron aportes por sus tareas por lo que al momento de cumplir los 60 años no pudo jubilarse. Sin embargo, luego de varios intentos logró hacer el trámite de Reconocimiento de Aportes por Tareas de Cuidado con la titular de ANSES.