A 28 años de uno de los acontecimientos más luctuosos vividos por la democracia de la República Argentina -que dejó 85 víctimas fatales, cientos de heridos y muchas, muchísimas personas apesadumbradas, laceradas por el dolor y resilientes para reclamar justicia- el Honorable Concejo Deliberante de General Pueyrredon expresó un mensaje a toda la comunidad:
El atentado a la AMIA fue una oscura jornada donde el horror y la barbarie aparecieron en toda su dimensión. Un ataque contra el emblema de una comunidad, que en rigor fue el artero golpe mortal contra todos; la muerte de inocentes y el dolor que no cesa.
El compromiso comunitario es por la búsqueda de la justicia y trabajar para que nunca más ocurra algo semejante.
Pasaron 28 años. Parece una eternidad, pero es apenas un suspiro que sostiene el calvario por las pérdidas trágicas de los seres queridos, cuyas ausencias se sienten, pesadas, en el alma. También lo es por el perenne reclamo de justicia, que no cesará de ser alzado a viva voz.
El pueblo argentino está comprometido con su propio pasado para construir el mejor futuro posible, que incluya a todos sin exclusiones. Pacífico, pero memorioso, juramentado a construir los cimientos sustentables sobre el firme suelo de la verdad, la justicia y la memoria, para que quienes son responsables paguen por sus crímenes y para que nunca más ocurra algo semejante.
La reparación histórica que sólo la verdadera justicia puede garantizar será la llave para llevar tranquilidad espiritual a víctimas y familiares. Sobre esa base habrá posibilidades fidedignas de construir concordia y un futuro en armonía, objetivo que seguramente es compartido por todos los argentinos que quieren lo mejor para sí y para los demás.