“Entre gente humilde nos entendemos con pocas palabras”. Escrita, dirigida y actuada por Mariana Cumbi Bustinza, llega a Mar del Plata el unipersonal musical “La Meca – Ascenso, apogeo y derrumbe de un ídolo cumbiero”, desde el 8 de enero y todos los sábados de la temporada a las 22, a la gorra, en El Club del Teatro (Rivadavia 3432).
Esta nueva obra con música original de Facundo Salas, se suma a la exitosa y premiada triología conformada por Menea para mí, Lo que quieren las guachas y Gorila, materiales que indagan en la marginalidad, sus problemáticas e investiga qué sucede con lo olvidado, lo incomprendido y prejuzgado.
La Meca es un espectáculo unipersonal de teatro musical cumbiero, que muestra el derrotero de un ídolo de la movida tropical que también sueña con un futuro mejor, también quiere salir adelante y compartir con sus seres queridos. Y que en el fondo solo quiere lo mismo que queremos todos…ser amados.
El sueño de Milton siempre fue cantar. Cuando su voz alcanza el éxito y su banda La Meca suena en todas partes, la fama no llega sola. Vicios, traición, exposición, abandono se juntan a la vez que hace vibrar a la gente al ritmo de su música. Esta historia se narra a través de recitales, entrevistas y viajes al mundo interior del protagonista donde se puede ver que el verdadero enemigo de Milton son sus propios excesos, el desenfreno personal, las relaciones conflictivas, el mundo incontrolable que llega junto al éxito. Pasando por lugares incómodos de prejuicios y discriminación, de censuras y olvido, de exclusión y desesperanza, hace retumbar en la platea el ritmo de la cumbia a través del latido de su corazón.
La Meca es una oportunidad de ver teatro, asistir a un recital de cumbia y presenciar el reality de en qué se puede convertir la vida de un pibe de barrio cuando se encienden las luces del espectáculo.
Como autora y directora Mariana Bustinza ha sido merecedora de varios premios, reconocimientos y nominaciones. Como colectivo teatral le interesa llevar a escena aquello que incomoda, que genera posiciones y hace reformular cánones éticos para generar preguntas en el espectador, quien será el único responsable de hallarle respuestas una vez que haya salido del teatro.
Asimismo, confía en que el arte hace resonar lugares emocionales y sensoperceptivos que conmueven más que la actividad discursiva.
Dirigida y con vestuario elaborado en conjunto con Huilen Medina Senn, cuenta con escenografía y visuales de Agustín Addesso, cámaras de Nicolás Gorla, couch coreógrafica Lucía Manso, diseño de luces de Tony Capelli, diseño gráfico de Addxsso, fotografías de Santos Loza y redes y contenido de Ornella Fazio.