Por: Antonio D’Eramo – NA

El ranking de resiliencia de las naciones con un PBI superior a los  200.000 millones de dólares que realiza la agencia Bloomberg  ubicó a la Argentina en el último puesto entre 53 países.

Los economistas y académicos del Centro de Estudios para el Cambio Estructural señalaron a NA que “de 123 países analizados durante la crisis por el Covid-19, el confinamiento argentino fue un 40% superior al del promedio, triplicamos el número de muertos y casi duplicamos la caída del PBI”.

Finalmente, un reporte del Banco Mundial (BM) dio a conocer una planilla que posiciona a la Argentina entre las 20 economías de todo el planeta con menor crecimiento desde 2019, producto de la caída del PBI durante 2020 y un repunte moderado en el presente año, que no llega a recuperar el total del porcentaje perdido.

Al tiempo que el país lucha por salir de la segunda ola de contagios de Covid-19 generada por el virus Sars-CoV-2 que le ha producido una lamentable cantidad de pérdidas de vidas humanas, el proceso de inoculación de la población continúa siendo moderado y aún se está lejos de alcanzar la ansiada inmunidad de rebaño.

Los contagios por jornada durante la última semana promediaron los 22.000 casos y mientras algunas jurisdicciones, como las que integran la región del AMBA, comenzaron a flexibilizar las actividades productivas, en otras provincias densamente pobladas, debieron imponer más restricciones para que no se desborde el sistema sanitario.

Precisamente, estas cuarentenas extensas dictadas en numerosas ocasiones, generaron que la Argentina se ubique en los peores lugares de gestión de la pandemia por el impacto negativo que tuvieron en resultados económicos que revelaron pérdida de actividad, conllevaron el cierre de numerosas empresas y contribuyeron a aumentar el desempleo.

Tres estudios globales ponen en blanco sobre negro la magnitud de la crisis económica argentina durante la pandemia en comparación con la gestión realizada a la fecha por otros países.

Retrocesos económicos y un rebote en la actividad productiva que no llega

Durante los primeros días del mes de mayo la Argentina era uno de los tres peores países para pasar la pandemia de coronavirus. Había dos naciones donde se la pasaba peor: Polonia y Brasil.

Treinta días después, Argentina se convirtió en el peor lugar posible de las 53 naciones con un PBI mayor a U$D 200.000 millones.

El ranking que actualiza mensualmente la agencia especializada en economía y finanzas Bloomberg  se compone por 10 categorías, algunas de ellas relacionadas con cuestiones sanitarias, pero otras con la performance de la actividad productiva del país analizado.

El Bloomberg Resilience Score, https://www.bloomberg.com/graphics/covid-resilience-ranking/  destaca en su resumen que “la Argentina cayó a la última posición durante mayo cuando las nuevas infecciones superaron los récords reportados en abril, lo que derivó en un bloqueo de la actividad económica más estricta impactando en el PBI”.

Los datos con los que se elabora este ranking poseen un componente de análisis sanitario, por ejemplo, los casos mensuales cada 100.000 habitantes y los decesos por millón de habitantes, y varios ítems económicos como, el grado de disrupción de la actividad productiva, la severidad de las cuarentenas o restricciones a la circulación de mercaderías comparándolas con la situación de los tiempos pre pandémicos. Además, se analiza el pronóstico de crecimiento del PBI para 2021 según los datos de los organismos de crédito como el FMI o el Banco Mundial.

En todas las categorías hubo malas calificaciones para la Argentina que la llevaron al peor casillero del ranking.

Precisamente, los economistas del Banco Mundial  son los autores de otro informe que trae preocupación para el país por las implicancias futuras que conlleva.

Usualmente, luego de una gran crisis económica y financiera que produce la caída del Producto Bruto Interno (PBI), índice que expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios de una determinada nación,  le sigue un rebote, un repunte de la actividad en la mayoría de los rubros que componen una economía.

En Argentina, que intenta salir de una costosísima segunda ola de contagios, ese fenómeno no se registra según el Banco Mundial.

La institución financiera vaticinó que Argentina finalizará entre las 20 economías con menor crecimiento desde el año 2019 producto de la fuerte caída durante el año 2020 y el poco dinamismo productivo del 2021. Sólo los países con conflictos internos bélicos o muy dependientes de la actividad turística, uno de los sectores más golpeados a nivel mundial, se encuentran en peor situación.

Los datos difundidos por el Banco Mundial indican que el PBI nacional crecerá un 6,4% este año, en el mes de enero la institución era más pesimista aún y pronosticó tan sólo un 4,9% de incremento, para el año próximo una suba del 1,7% y para el año 2023 un incremento del 1,9%.

Si bien se pronostican tres años consecutivos de crecimiento, hecho que no sucede desde hace 10 años, la recuperación proyectada durante el trienio 2021-23, no alcanzará a recuperar la recesión del 2020 y comparada con la performance de otros países igualmente afectados por el coronavirus será una de las recuperaciones más acotadas en el mundo.


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