Los siniestros viales fatales aumentaron casi un 9 por ciento este cuatrimestre con respecto al mismo período del 2020, en consonancia con el relajamiento de algunas restricciones en la movilidad debido a la evolución de la pandemia, en un contexto donde las muertes por este motivo no ceden, como el último siniestro ocurrido en el partido bonaerense de Tigre con el fallecimiento de dos jóvenes de 18 años.
En tanto, fuentes de la Sedronar advirtieron a Télam que, durante el año y un mes de restricciones por la pandemia en el país, se presume que el consumo excesivo de alcohol aumentó en adultos, pero disminuyó en jóvenes, quienes realizan en su mayoría esa práctica en espacios de sociabilidad.
Sin embargo, una de cada cuatro personas que ingresó a guardias hospitalarias de la provincia de Buenos Aires por siniestros viales consumió alcohol durante las 6 horas previas, mientras la gravedad de las lesiones aumentó en automovilistas y motociclistas que consumieron esa sustancia psicoactiva, según un informe realizado en el 2019 -el último disponible-, a cargo del observatorio de seguridad vial de la Sedronar.
Con respecto a los siniestros viales, el primer cuatrimestre de este año -desde el 1 de enero al 24 de abril, en rigor- ocurrieron 1046 hechos viales fatales en las 24 jurisdicciones argentinas, un 8,84 por ciento más que el año pasado en ese mismo período, en el cual se registraron 961, según se desprende del reporte semanal de siniestralidad 2021, de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV).
Viviam Perrone, la madre de Kevin Sedano, el adolescente que murió en el 2002 tras ser atropellado por un auto en la localidad bonaerense de Vicente López, expresó su indignación una vez más.
«Es increíble que tenga que seguir muriendo tanta gente para que se den cuenta que tienen que hacer algo al respecto. Y no es muy difícil», dijo la titular de la asociación civil Madres del Dolor (http://www.madresdeldolor.org.ar).
Y volvió a enfatizar aquello que repite en cada siniestro fatal: «Lo que tienen que hacer es poner legislación adecuada, Ley de alcohol Cero, controles estrictos, pero también que sea punible aquel que esté conduciendo con alcohol en sangre y no solo una multa».
El reporte de la ANSV confirma que la cantidad de víctimas fatales solo tuvo una variación del 3 por ciento, con 1181 muertos este año y 1150 el anterior, pero el mes de abril duplicó la cantidad de hechos viales con fallecidos con respecto al 2020: 240 siniestros fatales y 271 muertos contra 106 y 131 respectivamente.
El último siniestro fatal, con gran repercusión mediática, ocurrió en Camino de los Remeros y Avenida Santa María, en Rincón de Milberg, alrededor de las 4 de la mañana del domingo pasado.
Joaquin Duhalde Bisi, de 19 años, perdió el control del Audi gris en el que viajaba y chocó contra un guarda-rail de la banquina de la ruta y se estrelló contra una columna metálica de una de las rotondas del camino.
Franco Rossi y Joaquín Alimando, ambos de 18 años, murieron como consecuencia del impacto, mientras que Mateo Lezama, de la misma edad, el cuarto ocupante del vehículo, tuvo heridas leves, al igual que el conductor del coche.
Tras negarse a declarar Duhalde Bisi, fuentes judiciales explicaron que el fiscal le formuló una imputación alternativa por «doble homicidio simple con dolo eventual» (con pena de 8 a 25 años) y subsidiariamente por «doble homicidio culposo agravado» (de 3 a 6 años).
Para fundamentar la calificación más grave argumentó la alcoholemia de 1.39, el exceso de velocidad y la pluralidad de víctimas.
Si se considera que de un año a otro variaron las medidas de restricción y aislamiento por el coronavirus, los indicadores muestran que a mayor movimiento, mayor es la siniestralidad y fallecidos.
Desde el 20 de marzo hasta el fin de ese mes del 2020, el país entró en Fase 1 de aislamiento estricto, donde la movilidad de la población se redujo a un 10 por ciento en todo el país, mientras que hasta el 12 de abril se pasó a la fase 2, donde la movilidad llegó al 25 por ciento.
Desde mitad de abril a principio de mayo del 2020 comenzó la segmentación geográfica, con hasta el 50 por ciento de la movilidad de la población.
En tanto, la primera semana de enero de este año, continuó la fase de DISPO, con movilidad de la población sin restricciones, solo con distanciamiento, a excepción de las localidades rionegrinas de Bariloche y Dina Huapi y Puerto Deseado, de la provincia de Santa Cruz.
Del 8 de enero de este año al 7 de abril, recomenzaron las reducciones variables en la movilidad; mientras que desde el 8 de abril se dispuso el cese de la circulación nocturna desde las 8 a las 6 de la mañana.
Y desde el 16 del mes pasado, se agregó que el uso del transporte público solo debía ser utilizado por esenciales, además de la virtualidad escolar.
En línea con estas modificaciones, los datos preliminares del informe señalan que los siniestros viales fatales de este año, disminuyeron de enero a abril, de 295 a 240.
Buenos Aires figura como la jurisdicción con mayores siniestros y víctimas fatales en valores absolutos: este cuatrimestre presentó 260 y 287 respectivamente; Córdoba, en segundo lugar, con 118 siniestros y 131 víctimas fatales y Santa Fe, 100 y 114.
Sin embargo, la Ciudad de Buenos Aires tiene una de las tasas más bajas cada 100 mil habitantes de siniestros y víctimas fatales: En 2020, figuraba en 2,3 por ciento y 2,6 por ciento, respectivamente, mientras que Santiago del Estero ocupaba el primer puesto con 15,1 por ciento en siniestros y 15,4 por ciento en fallecidos, sobre una tasa total de siniestralidad fatal cada 100 mil habitantes de 6,1 por ciento y de mortalidad de 6,9 por ciento.
Mientras la mitad de estos hechos fatales ocurren en rutas (52 por ciento), casi la mitad de las víctimas se concentra entre los 15 y 34 años y el número de varones fallecidos casi cuadruplica al de mujeres, un 87 por ciento contra un 22 por ciento.
A su vez, se mantiene el patrón desde hace años donde los motociclistas continúan siendo las principales víctimas fatales, 1 de cada 2 fallecidos se trasladaban en esos vehículos de menor porte.
Sin embargo, durante la ASPO, la Sedronar afirmó a Télam que las prácticas de consumo de las y los jóvenes «se vieron alteradas, donde el consumo de alcohol disminuyó considerablemente debido a la imposibilidad de acudir a espacios sociales o festivos, debido a que la mayoría de este grupo etario consume alcohol casi exclusivamente en eventos sociales».
Por el contrario, se registró un aumento del consumo de alcohol en adultos, al ser incorporado en otros momentos de la semana, circunscripto a relajación de normas de trabajo y sociales. (Telam)